Es el mundo de los anónimos. De los que no quieren ser vistos y a los que no se quiere mirar. No hay cifras exactas ni en España ni en el mundo. Pero son miles de miles. Son millones. Se trata de personas individuales y de familias enteras. Se trata de ancianos, de jóvenes, de niños… Se trata, en definitiva, de personas con un derecho a vivienda digna que se les niega sistemáticamente.
Porque el derecho a una vivienda digna no solamente hace referencia al derecho de toda persona de disponer de cuatro paredes y un techo donde encontrar refugio, sino que también implica acceder a un hogar y a una comunidad seguras en las que vivir en paz, con dignidad y salud física y mental. El derecho a una vivienda adecuada se halla reconocido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), de la ONU, de 1966. El artículo 11 de este pacto establece: “El derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí misma y para su familia, incluyendo alimentación, vestido y vivienda adecuadas y una mejora continuada de las condiciones de existencia”. Y El reconocimiento del derecho a una vivienda digna en el ámbito internacional se configura a partir del derecho a un nivel de vida adecuado recogido en el art. 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de las Naciones Unidas.
Los estudios aseguran que mientras el resto de personas sufre en toda su vida entre tres o cuatro sucesos traumáticos, las personas “sin hogar” han vivido una media de siete u ocho sucesos encadenados, que pasan por la muerte de una persona querida, una separación sentimental, la pérdida del trabajo, la falta de recursos económicos…
Y, por último, la sociedad tiende a rechazar y a mostrar indiferencia a las personas “sin hogar”, incidiendo en uno de sus aspectos más vulnerables: la autoestima.
Abrir los ojos… a las personas sin techo y sin hogar
- Vivir sin techo, en la calle, es muy difícil; vivir sin hogar es aún peor.
- En España hay 40.000 personas sin hogar; tantos como una ciudad.
- Seguramente, también hay personas en tu ciudad y en tu barrio.
- Son el pueblo “sin techo”: pobres, sin familia, sin trabajo, inmigrantes, enfermos… marginados, transeúntes, desahuciados, muchos hombres, mujeres y ancianos.
- En muchos países, todavía peor, son los “niños de la calle”.
- ¿Por qué están y viven en la calle? ¿Cómo sobreviven? ¿Cuáles son sus problemas?
- Tómate unos minutos y mira: www.faciam.org; https://www.arrelsfundacio.org/es/
Lagarder Danciu, El drama de los sin techo:
https://youtube.com/watch?v=f-p1A6hj66E
- La Familia Vicenciana nos invita también a participar en nuestra nueva iniciativa: La Alianza Vicenciana en favor de los sin techo: http://vfhomelessalliance.org/
- Descubre también los VINZI de nuestros hermanos misioneros en Austria: VinziHaus, VinziBus, VinziDorf: http://www.vinzi.at
Mirando con ojos nuevos
- Isaías 58, 7: Éste es el ayuno que yo quiero: hospedar a los pobres sin techo.
- Salmo 15, 1: ¿Señor, quién puede hospedarse en su tienda?
- Lucas 2, 7: Lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
- Mateo 2, 13: Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.
- Mateo 8, 20: Los pájaros tienen nidos… el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
- Lucas 7, 6: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa.
Mirando el propio corazón
- El Papa Francisco proclama los tres derechos con la “t”: tierra, techo y trabajo.
- ¿Recuerdas al pobre Lázaro del evangelio y al rico insensible y derrochador?
- Ellos no tienen casa; pero tienen corazón y lágrimas; tienen derechos y dignidad.
- Y yo, y tu: ¿qué hago y haré por mis hermanos, los sin techo y los sin hogar?
- ¿Paso con indiferencia junto a ellos; leo su letrero, doy un rodeo y me alejo?
- ¿Les deseo un buen día, les doy algo de comer, les doy una ayuda?
- ¿No serán su perrito más “humano” que yo y nuestra sociedad?
- Detrás de ellos, seguramente hay mafias que les explotan.
- Muchas veces, detrás de ellos, no hay nadie; están solos en la vida.
- También hay personas y grupos solidarios que les miran… y ayudan por la noche. Quizás yo/tú también podemos unirnos a estos grupos para, al menos, mirarles.
- Bokatas ONG: http://bokatas.org.
- Fundación RAIS:
Mirada vicenciana es… abrir los ojos de tu corazón
¡Feliz mirada, Feliz Navidad!
0 comentarios