Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24.
“En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé…” “Nadie causará daño ni estrago…”
Emociona pensar que Dios se revela y actúa desde lo frágil, lo débil, lo pobre, lo cotidiano… desde lo humano; para realizar su obra de Salvación. Jesé fue el padre del Rey David, el mejor rey recordado por el pueblo judío y tomado como imagen del Rey del tiempo mesiánico. Isaías también anuncia un tiempo nuevo, como una nueva creación. Una creación reconciliada y en paz, con Dios y consigo misma. Y este ideal de paz y sana convivencia, según el profeta nos lo revela, tiene un origen o explicación: “…porque está lleno el país del conocimiento del Señor”.
En este tiempo de Adviento nos hace falta recordar que este ideal de convivencia es lo que Dios quiere para nosotros sus hijos, ese es su Plan, pero pide nuestra colaboración, pobre, sencilla y cotidiana para “llenar el país del conocimiento del Señor”.
Que este día Dios nos ayude a descubrir los “renuevos” que hace brotar en nuestras familias, en nuestros ambientes laborales, sociales y eclesiales; y que encuentre en cada uno de nosotros hábiles jardineros que fortalezcan estos brotes con el conocimiento de Dios y de su Palabra.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Catalina Carmona Librado, HdC
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