Is 2, 1-5; Sal 121; Mt 8, 5-11.

“De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas”

Hace unos días, para concluir el año litúrgico anterior, escuchábamos las visiones que nos narraba el profeta Daniel, con representaciones tremendas. Ahora el profeta Isaías, nos ofrece las profecías para el pueblo de Dios con imágenes realmente hermosas, hablando de las naciones y pueblos que confluirán hacia el monte del Señor.

Y puede llamar nuestra atención cómo se “reciclan” los instrumentos de guerra en instrumentos de paz; es decir cómo aquello que en un momento fue un objeto al servicio del mal y de la guerra, ahora puede ser “reutilizado” para la paz y la reconciliación.

En este tiempo de Adviento que recién iniciamos, retomemos estos consejos “ecológicos” para nuestras vidas y hagamos un recuento de lo que de nosotros ha estado en algún momento al servicio de la guerra, del pecado o de la división: nuestro tiempo, nuestros cuerpos, nuestras energías, nuestras palabras, nuestros pensamientos, nuestras opiniones, nuestras redes sociales, nuestros consejos…. y transformémoslos en instrumentos de paz, de reconciliación y de unidad. Para que colaboremos a que esta profecía se haga realidad en nuestras vidas y en nuestro mundo, favoreciendo así la consolidación de la Casa del Señor y la llegada de su Reino.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Catalina Carmona Librado, HdC