Nhe 2, 1-8; Sal 136; Lc 9, 57-62.
Te seguiré a donde vayas…
Hoy recordamos a san Francisco de Asís, un santo, que supo descubrir la presencia de Dios en la naturaleza. El pueblo tarahumara con quien comparto mi vocación misionera, es un pueblo contemplativo y también hace su experiencia de Dios desde la naturaleza. Este es el testimonio de fe contado por un hermano de estas tierras: Todo lo que hacemos tiene sentido musical. Sentimos los movimientos de nuestro Creador en la naturaleza y creemos que nuestra fuerza depende del respeto y reverencia hacia todo lo que vive. Somos ricos en todo lo que no necesitamos. Somos como las flores, de nosotros mismos no entendemos nada. Cada colina, montaña, valle, desierto, río, bosque y árboles es una parte de la amorosa creación de Onorúame (Dios). Tata Rioshi (Jesucristo) vive dentro de nosotros. El, que es más grande que nosotros, nos enseña a vivir. A nosotros nos conocen como gente tranquila y, cuando nos preguntan lo que quiere decir nuestro silencio, la respuesta es: estamos escuchando a Tata Rioshi, su voz solo se oye en una actitud de silencio humilde. Y cuando nos preguntan qué nos da este silencio, nuestra respuesta es: amor, humildad, esperanza y alegría. Tú y yo, ¿qué podemos aprender de este testimonio, de esta experiencia de un hermano nuestro en la fe?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, cm
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