Col 1, 24—-2, 3; Sal 61, 6-9; Lc 6, 6-11.
“Levántate y ponte ahí en medio”
El evangelista dibuja la curación del hombre de la mano atrofiada con escogidas pinceladas. La cámara del evangelista enfoca a Jesús el sábado en la sinagoga. Tempo sagrado y espacio sagrado. Luego nos hace ver al hombre que tenía su mano derecha atrofiada. Inmediatamente después aparece el grupo de asistentes y letrados y fariseos. Estos miran a Jesús con prensil e inquisitiva mirada.
¿Qué va a suceder? ¿Será tan atrevido como para curarlo en sábado? Jesús, mirando al enfermo, le dice: “Levántate y ponte ahí en medio”… Que una comunidad o una celebración son sagradas si tienen en medio al pobre para ayudarlo. Y Jesús “mirando a todos ellos, dijo al enfermo: “Extiende tu mano…y quedó curada su mano”.
Hoy celebramos también la fiesta del vicentino san Juan Gabriel Perboyre, profesor de teología en Francia y luego misionero martirizado en China en 1840. Él nos decía: “No me parecen mal los que consultan libros, pero me parece que el primero y el último debe ser el Crucifijo; en él se encuentran las verdaderas luces y de él se saca la unción necesaria para tocar los corazones”. “No faltan penas a los misioneros, pero son tan bellas a los ojos de la fe, que bien merece se las vaya a buscar hasta el cabo del mundo…a nosotros nos toca colaborar con nuestros pobres esfuerzos con la obra de Cristo”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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