1 Tes 5, 1-6. 9-11; Sal 26, 1-4. 13-14; Lc 4, 31-37.
“Dios no nos ha destinado a la ira, sino a obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo”
Así nos lo recuerda la primera lectura de hoy. Y Jesús da ya esa salvación al endemoniado de Cafarnaún. Hizo callar al espíritu inmundo y lo expulsó del hombre poseído. ¡Qué maravilla, qué bienestar, qué armonía ahora en este hombre antes atormentado! ¿Cuántos esperan de nosotros una mano amiga que los acerque a Jesús o que les dé a Jesús como pan, cobijo o consuelo?
Paul Henrikus Janssen, misionero paúl en Java Oriental, falleció el pasado 20 de abril y lo enterraron, entre multitudes, en la ciudad de Malang. Expulsado de la China comunista, había llegado a Indonesia en 1951. Este incansable vicentino, nacido en Amsterdan, comenzó a levantar escuelas para los niños pobres. En 1967 creó la Fundación Bhakti Luhur para ayudar a los niños con discapacidades de toda Indonesia, un enormepaísmusulmán, demuchas islas, lenguas y etnias. Hoy, en 400 casas, alberga y cuida dos mil niños discapacitados en 15 provincias de Indonesia. Además, no se olvidó de la evangelización a través de los laicos preparados, para ello fundó el Instituto Pastoral Indonesio…
Así nos quiere Jesús, con un amor activo que echa fuera los malos espíritus, no hace caso de las vanas críticas y cuida con esmero de los pobres. Cuando el diablo se ponga a decirnos que nada se puede hacer, que nos fijemos cuántos flojos hay, que tal pastor es un desastre, que el grupo equis está dividido… digámosle como Jesús: ¡Cállate y sal de mí y de mis oídos. Tengo mucho amor que repartir y hay gente que lo necesita!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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