Jos 24, 14-29; Sal 15; Mt 19, 13-15.
“No les impidan a los niños que se acerquen a mí porque de los que son como ellos, es el Reino de los cielos”
Jesús, radicalmente viril, es un apasionado por los niños; viviendo en una época que ponía la perfección en la ancianidad y despreciaba la infancia, se atrevió a poner a los pequeños como modelos; disponía de infinitos ríos de ternura interior; y repartía su amor simultáneamente entre los pecadores y los niños.
Jesús vivió en uno de los siglos y culturas que más han despreciado la infancia. Los niños eran “tolerados” por la simple esperanza de que llegarían a mayores. No eran contados como personas.
Jesús, ante esta realidad, rompe con su época. Vuelve su mundo al revés. Donde prevalecía la astucia, entronizaría la debilidad; en un mundo de viejos, pediría a los suyos que volvieran a ser niños.
Hoy en día, por todos los peligros que acechan a los niños (venta de órganos, abuso infantil, maltrato, abandono, etc. etc.), Jesús nos exige un trato digno, respetuoso y de mucho amor para con ellos. …¿Cómo es tu actitud para con los niños?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Servando Sánchez Ayala, cm
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