Dn 7, 9.10.13-14; Sal 96; 2 Ped 1, 16-19; Mt 17, 1-9.
“Su rostro se puso resplandeciente como el sol”
¡Que bellas y fuertes experiencias tuvieron que haber vivido los discípulos con Jesús, pero de manera particular los tres apóstoles más cercanos a él: Pedro, Santiago y Juan!
A los tres apóstoles “consentidos”, Jesús, en esta ocasión les invita y permite vivir una experiencia muy singular con el acontecimiento y el misterio de la “transfiguración”.
Se conoce que para los judíos, el cerro o las montañas –como para muchas culturas– es lugar de encuentrocon Dios. Y Jesús con este acontecimiento, también quiere decirles que ya no va a ser el cerro o la montaña el lugar de encuentro con Dios, sino que va a ser él mismo.
Es por eso que, encontrarse verdaderamente con Jesús por medio de la oración, provoca un cambio de rostro, de pensamientos, de decisiones y de actitudes que favorecen o manifiestan la presencia del Reino de Dios entre nosotros.
¡Cuántas veces hemos tenido la oportunidad, por medio de las misiones populares, de presenciar cambios profundos y radicales de hermanos que se dejan “tocar” por el mismo Dios y quedan totalmente transfigurados!
… Y tú: ¿Ya te dejaste tocar por el mismo Dios?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Servando Sánchez Ayala, cm
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