Ex 40, 16-21.34-38; Sal 83; Mt 13, 47-53.
«Los pescadores ponen los pescados buenos en canastos y tiran los malos»
El discernimiento es todo un arte en la vida. Constantemente requerimos hacer decisiones, ya sea de manera consciente o inconsciente, pero siempre estamos decidiendo.
En la vida, cuando aprendemos a elegir lo bueno de lo malo o lo mejor entre lo bueno, nos damos cuenta que necesitamos profundizar en nuestro corazón sobre los motivos que nos llevan a hacer determinadas decisiones.
Jesús, Nuestro Señor, a lo largo de su vida, nos muestra que sus grandes decisiones requieren siempre la oración como elemento fundamental de discernimiento.
Jesús, siempre busca en sus decisiones agradar a Dios Padre para hacer su voluntad.
También nosotros, necesitamos identificar los peces buenos (los talentos) que hay en nosotros y empezar a tirar o extirpar los “vicios” que nos dañan y, con los que, al mismo tiempo, perjudicamos o dañamos a los demás.
Tus decisiones ¿las haces desde un buen discernimiento?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Servando Sánchez Ayala, cm
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