Gén 27, 1-5. 15-19; Sal 134, 1-6; Mt 9, 14-17.
“Vino nuevo en vasijas nuevas…”
“A mí Dios me sacó de un plató de televisión para darme la vista, porque estaba ciega… Le pedí perdón y le dije: perdóname Señor, ahora no me lleves; me sentía tan sucia, tan llena de pecado… Déjame quedarme solamente para demostrarte que te quiero, y me dejó”. Así lo confiesa hoy Pilar Soto. Ella venía de las viejas vasijas del vino viejo de las apariencias que nos entretienen, mientras estamos alejados de Dios. Además de juventud, lo tenía todo, fama y dinero, presentadora de televisión, guionista, actriz, pianista, modelo.
El ángel del dolor se presentó en su vida; en un solo año –en el 2004– estuvo más de ochenta veces hospitalizada. En esa situación, tuvo una honda experiencia de Cristo crucificado. Y su vida dio un vuelco total. Comenzó a orar y a probar el vino nuevo de Jesucristo. Se confesó “No sabía cómo funcionaba esto, pero el Espíritu Santo me inspiró lo que tenía que decir. Conté mi vida, rompí a llorar porque mi alma estaba masacrada”. Y Pilar Soto conoció la alegría. “Estoy de luna de miel con el Señor”…
Hoy es una vasija nueva llena del vino nuevo. Ése que Jesús nos ofrece, también a ti y a mí.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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