Hch 25, 13-21; Sal 102; Jn 21, 15-19.

¿Pedro, me amas?

Todos los textos del evangelio nos retratan a Pedro como un hombre apasionado en su amor por Jesús, pero a la vez impulsivo, seguro de sí mismo, con cierta autosuficiencia. Pedro no entendió que Jesús era “igual” a todos ellos. Por eso se rebeló cuando les habló de fracaso durante el viaje a Jerusalén (Mc 8, 32-33); tampoco cuando les lavó los pies como si fuera un criado; ni entendió que el liderazgo de Jesús era diferente a la manera de los jefes y gobernantes de este mundo.

Ahora, Jesús le pregunta:“¿Pedro, me amas más que estos?” (v. 15b). Pedro había negado a Jesús tres veces en la noche de su arresto (18:17, 25, 27) y, ahora, Jesús le ofrece tres oportunidades para redimirse. Ha estado gravemente equivocado, pero después de la resurrección se convierte en un hombre diferente, en el líder de los discípulos. En cualquier caso, “la única cosa de que Jesús cuestionó a Pedro antes de comisionarle para atender al rebaño fue el amor. El amor es la calificación más básica para el servicio cristiano. Otras cualidades pueden ser deseables, pero el amor es indispensable.

Jesús te pregunta si lo amas ¿cuál es tu respuesta?

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Blanca López Leija, HC