La Ascensión del Señor
Hch 1, 1-11; Sal 46; Ef 1, 17-23; Mt 28, 16-20.
“Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”
Es curioso, el texto de San Mateo que leemos hoy no nos narra explícitamente la Ascensión del Señor. Nos ubica en la escena inmediatamente previa a dicho acontecimiento. La mención explícita a la Ascensión aparece en Marcos, en Lucas y en los Hechos de los Apóstoles.
Pero la escena es bella y solemne. Después de la resurrección de Jesús, los Apóstoles han vuelto a Galilea, donde todo comenzó; se trata de un nuevo comienzo. Ahí, en un monte, Jesús los encuentra y pronuncia sus últimas palabras: un mandato y una promesa.
El mandato se refiere a la misión de llevar el gozo del evangelio a todas las naciones, el encargo de hacer que todos los hombres sepan que son amados por Dios y que en Jesucristo encontrarán respuesta a todos sus anhelos y sueños.
La promesa se refiere a una presencia constante de Jesús resucitado acompañando el camino de los discípulos. Presencia viva e intensa, compañía cercana que sostendrá y animará los pasos de los discípulos.
Con esta promesa, tú y yo –la Iglesia– podemos caminar seguros, valientes, dando testimonio de Jesucristo. Tenemos un buen compañero de viaje.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero, cm
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