Hch 16, 11-15; Sal 149; Jn 15, 26-16, 4.
“Cuando venga el Defensor, dará testimonio de mi”
Jesús nos sigue describiendo las inmensas riquezas del Espíritu Santo. Hoy lo llama “el Defensor” y “el Testigo”. Será el defensor nuestro, pero también, en cierto sentido, el defensor del mismo Jesús. Quien defenderá la causa de Jesús ante el mundo contrario al Evangelio. Porque, hablando desde el corazón y revelando la verdad, manifiesta lo absurdo y mentiroso de los argumentos que da el mundo para justificar la pobreza, la injusticia y la violencia. Desenmascara las argucias con las que el mal, el egoísmo, quieren enredarte prometiéndote éxito a costa de lo que sea, felicidad sin compromiso, libertad sin freno.
El Espíritu habla dentro de ti, en tu conciencia, en tus sueños. Te va descubriendo la coherencia de las enseñanzas de Jesús y la verdad de su proyecto para ti y para el mundo.
Y al ser Testigo del evangelio dentro de ti, te capacita para que, por tu parte, des testimonio de Jesucristo en el mundo. El Testigo nos hace testigos del Evangelio.
Escucha el testimonio del Espíritu en tu corazón. Déjalo que te ilumine y encienda en un deseo intenso de vivir y anunciar el evangelio.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero, cm
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