Hch 13, 13-25; Sal 88; Jn 13, 16-20.
“Serán felices si, sabiendo estas cosas, las cumplen”
¿Quieres conocer uno de los secretos más grandes que Jesús nos vino a descubrir? ¡Ya lo conoces!, todos lo conocemos, pero poco caso hacemos de él. El secreto es éste: la verdadera felicidad no la encontramos en una vida egoísta, llena de “éxitos” y riquezas, sino en una vida generosa, entregada, repartida para que la vida de los demás sea más llevadera, menos dura.
Lo leemos en el evangelio de hoy. Jesús acaba de lavar los pies a sus discípulos y decirles que ese humilde gesto es símbolo de toda su vida, de su amor, de su entrega. Y es un ejemplo, les dice, “para que ustedes hagan con los demás lo mismo que yo he hecho con ustedes… Serán felices si, sabiendo estas cosas, las cumplen.”
¡Es una revelación y una promesa! Así como en otro momento Jesús había dicho: “Felices los que lloran, felices los perseguidos…”, ahora nos dice: Felices los que lavan los pies a sus hermanos; felices los que descubren que su condición en esta vida es la de servidores de los demás; felices los que, poniéndose de rodillas, curan con amor las heridas que el egoísmo y la violencia han causado en sus hermanos. Les aseguro que serán felices.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero, cm
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