Gén 3, 1-8; Sal 31, 1-7; Mc 7, 31-37.
“Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos”
“Todo lo ha hecho bien”… Así lo decía la multitud refiriéndose a Jesús. Algunos le llevaron a un sordomudo para que lo curara. De nuevo, aquí están unos mediadores que introducen al enfermo ante Jesús y le ruegan por él. Jesucristo cuenta con nosotros, cuenta contigo para que le acerques a otros y así puedan recibir de él su sanación. Ojalá que tengamos una comunidad que lo haga así con nosotros.
Cualquier ocasión es buena para hacerlo. Puedes hacerlo en un café, en un autobús, en un parque o desde un patíbulo. Así lo hozo, por ejemplo, el japonés Pablo Miki, de quien hace pocos días celebramos su fiesta. Ya atado a la cruz, donde moriría, les dijo a los custodios y a los curiosos: “Llegado a este momento final de mi existencia en la tierra, ninguno de ustedes va a creer que me voy a atrever a decir lo que no es cierto. Les declaro pues, que el mejor camino para conseguir la salvación es pertenecer a la religión cristiana, ser católico. Y como mi Señor Jesucristo me enseñó a perdonar a los que nos han ofendido, yo declaro que perdono al jefe de la nación que dio la orden de crucificarnos, y a todos los que han contribuido a nuestro martirio”.
Así sucedió también con el sordomudo curado y quienes lo acompañaban. Aunque Jesús les dijo que no lo contaran “ellos con mayor insistencia lo proclamaban”. ¿Y tú y yo y nosotros?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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