“¡Cuántos herejes convertidos desde que las Hijas de la Caridad sirven en los hospitales! Una Hermana que ha estado todo ese tiempo en el de Saint Denis, dice que sólo en el año 1659 se convirtieron allí cinco o seis y hasta el hijo de un Ministro (protestante); pero todo esto se ha llevado a cabo en silencio… Ah!, ¡qué dicha si la Compañía, sin que Dios sea ofendido, no tuviera que servir más que a los pobres desprovistos de todo!” (E 108). “Lo que Dios pide actualmente de ustedes, queridas Hermanas, es una gran unión y respeto mutuo, y que trabajen juntas en la obra de Dios, con gran mansedumbre y humildad…, para servir de edificación a todo el mundo” (c. 410).
Luisa de Marillac, nota personal y carta a Sor Bárbara Angiboust.
Reflexión:
- En tiempo de santa Luisa, Francia se esforzaba por que se respetasen católicos y herejes hugonotes. Los protestantes franceses fueron autorizados a vivir según su religión para que hubiera paz y progreso. Más que un derecho de la persona, la tolerancia la concedían los reyes como política de gobierno.
- Las guerras y la violencia han sido provocadas por la intolerancia contra el sentimiento de soberanía de los pueblos y el derecho a emigrar a otras naciones en busca de trabajo y bienestar, a pesar de ser un derecho humano declarado intocable por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
- El respeto mutuo que necesitamos hoy, para vivir en paz, es entre nativos y migrantes, en su mayoría musulmanes. Pese a que el islam se presenta como tolerante, ya desde que lo fundó Mahoma en el siglo VII, ha tenido voluntad de conquistar el mundo. Pretensión que, en la actualidad, ha recrudecido el Estado Islámico (EI), grupo extremista suní que pretende instaurar un Califato Universal. Sus miembros, los yihadistas, tienen una interpretación extremista del islam y creen que ellos son los únicos creyentes reales. Piensan que el resto del mundo -los no creyentes- quiere destruir su religión, justificando así sus ataques contra el mundo occidental.
- Este Califato es una forma de Estado dirigido por un líder político y religioso de acuerdo con la ley islámica o sharia. Aunque sólo tiene presencia en Siria e Irak, el EI ha pedido el apoyo de los musulmanes de todo el mundo y demanda que todos juren lealtad a su líder (califa).
- Aunque hay estados de religión musulmana, que no respetan los derechos de otras religiones, marginando y expulsando por el motivo de no ser musulmán, la Familia Vicenciana tiene presente que todos, tanto individuos como naciones, son libres y soberanos con el derecho de auto-gobernarse y auto-determinarse.
- Por ser cristianos los Vicencianos tienen, además, un motivo más trascendente: todos somos hijos del mismo Padre, hermanos redimidos por Jesucristo y acogidos por el único Espíritu del Padre y del Hijo. Y por ser continuadores de san Vicente de Paúl, de santa Luisa de Marillac y del beato Federico Ozanam sienten que todos los inmigrantes generalmente pertenecen a la clase de los pobres.
- Los tres Fundadores entienden el respeto como fuerza del Espíritu de Jesús que nos lleva a soportar las diferencias de los demás en una convivencia agradable. Hace las veces de soporte y de pilar en el edificio de la Familia Vicentina.
Cuestiones para el diálogo:
- ¿Respetas la autonomía de cada persona y su dignidad?
- ¿Consideras que cada persona tiene tanto valor como tú y que debes tratar a cada persona con el mismo respeto con el que te gustaría te tratasen a ti?
- ¿Haces a otros lo que no te gustaría que te hiciesen a ti?
- ¿Permites que cada persona tome decisiones por sí misma para ser ella misma?
- ¿Condenas a las personas que no comparten tus puntos de vista?
- ¿Acusas a las personas pobres, sin tener en cuenta los factores que causan la pobreza? ¿Denigras su dignidad humillándolas?
Benito Martínez, C.M.
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