Is 42, 1-4.6-7; Sal 28; Hch 10, 34-38; Mt 3, 13-17.
“El Espíritu Santo descendía sobre él”
Nuevamente el tema del bautismo de Jesús. Pero ahora es él quien va a solicitarlo de Juan Bautista, quien se niega a dárselo alegando ser más él el necesitado de recibirlo y no Jesús. Pero Juan termina aceptando, cuando Jesús le dice que es voluntad de Dios hacerlo.
Cuenta Tony de Mello que un turista había recorrido el mundo para comprobar por sí mismo el mayor milagro.
“¿Qué milagros ha realizado tu maestro?”. Preguntó a un discípulo. Éste le respondió:
“En algunos lugares consideran milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Nosotros llamamos milagro a que alguien haga la voluntad de Dios.
Decía san Vicente que la santidad consiste en hacer la voluntad de Dios.
Cristo nos enseña a vivir la voluntad de Dios en nuestra vida. Además, se somete al bautismo de Juan para acompañar a todos los llamados a la conversión.
En nuestra vida, hacer cada día lo que Dios quiere, no parece ser tan fácil porque nadie quiere sentirse menos que los otros. Pero no hay otro camino, Cristo se humilló haciéndose siervo para salvarnos a todos. Ese era el plan de su Padre.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jorge Pedrosa Pérez, C.M.
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