Ayer 28 de diciembre, durante la audiencia general en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa Francisco recibió y rezó frente al cuadro original de la Virgen del Milagro, también llamada Medalla Milagrosa, y que estará en exhibición en la Basílica de San Pedro hasta el 1 de enero de 2017.
Esta imagen, que normalmente se resguarda al interior de la Basílica San Andrés delle Frate (Roma), fue llevada hasta la Santa Sede con motivo de los 175 años de la famosa conversión del joven judío Alfonso Rastisbonne, a quien la Virgen se le apareció en el altar lateral de ese mismo templo el 20 de enero de 1842.
El cuadro estará presente este viernes 30 para la Vísperas, en el Te Deum del sábado 31 y en la Misa del 1 de enero por la Solemnidad de María Madre de Dios. Luego regresará a la Basílica San Andrés delle Frate.
Según el diario vaticano L’Osservatore Romano, el párroco de San Andrés delle Frate, P. Francesco Trabzon, detalló que la exposición será «una manera solemne para dar inicio a las celebraciones”, así como “una oportunidad para renovar la espiritualidad mariana que caracteriza a la Iglesia”.
La aparición de la Virgen en Roma
La historia de esta aparición se remonta a 1842 cuando el abogado y banquero, Alfonso Rastisbonne, llegó a Roma en medio de un viaje de placer. Pese a ser judío, era libertino y solía mofarse de la religión, especialmente de la católica, luego de que su hermano Teodoro se convirtiera y fuera ordenado sacerdote.
Sin embargo, durante una visita a San Andrés delle Frate mientras hacía los preparativos de un funeral, se le apareció una mujer bellísima y llena de luz, en la cual reconoció a la Virgen María con el mismo aspecto con el que aparece en la advocación de la Medalla Milagrosa. Luego se arrodilló y se convirtió.
Él mismo escribió, refiriéndose a los hechos: “Una fuerza irresistible me llevó hacia ella. Ella me pidió que me arrodillara. Ella no dijo nada pero yo lo entendí todo”.
Años más tarde, en 1848, Alfredo recibió el bautismo e inmediatamente ingresó a la Compañía de Jesús, donde fue ordenado sacerdote.
Posteriormente fundó la Congregación Nuestra Señora del Sión, un grupo de sacerdotes católicos, hermanos laicos y religiosas dedicadas a trabajar por la conversión de los judíos al catolicismo.
En 1860 erigió el Convento de San Juan en la montaña Ain Karim, ubicado en las afueras de la actual Jerusalén. Allí, Alfonso trabajó con unos compañeros por la conversión de judíos y mahometanos hasta el día de su muerte, el 6 de mayo de 1884.
Fuente: ACI Prensa
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