“Los publicanos y las prostitutas les precederán en el Reino de los Cielos”
Sof 3, 1-2. 9-13; Sal 33, 2-23; Mt 21, 28-32.
Nadie está tan perdido que no pueda ser hallado. Puedes preguntárselo al californiano Joseph Sciambra. Comenzó con la pornografía femenina, después “entré en el mundo gay cuando era un chico traumatizado y solitario de 18 años que buscaba desesperadamente la afirmación y atención masculina”. Avanzó luego hasta convertirse en actor porno. Ahora confiesa que lo único que experimentó en su interior fue odio: “odio por otros hombres, odio por su vida, y odio por el mundo”. Pero nadie está tan perdido que no pueda ser hallado.
“En 1999, Jesucristo me salvó de la homosexualidad. En esa época, aunque era muy infeliz, no tenía intención de abandonar esa vida. Era el único mundo que conocía. Tras más de diez años en el ambiente homosexual no había conseguido sanar mis heridas o cumplir mis deseos, pues todo resultó ser una ilusión: lo único que hacía era disfrazar el dolor de la infancia”.
Pero encontró quien le ofreciera comprensión, respeto, amor verdadero. Y halló a Jesucristo, el misericordioso con publicanos y prostitutas.
Ahora, además de escribir sobre sus experiencias para ayudar a otros a encontrar a Dios, suele participar en eventos gays en San Francisco, llevo “una camiseta en la que llevo escrito, por delante y por detrás, las dos direcciones de mis páginas web, Jesus Loves Gay Men y Jesus Loves Gay Women…”. ¡Jesús te ama! “Ellos necesitan amor, compasión, esperanza, y volverán…”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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