“Muchos vendrán usurpando mi nombre”
Apc 14, 14-19; Sal 95, 10-13; Lc 21, 5-11.
Parecen nuevos, renovadores, revolucionarios, progre- sistas, pero son tan viejos como las bacterias patógenas. “Cuidado con dejarse engañar –dice Jesús– no los sigáis”. Se visten su túnica, se ponen su rostro, hablan de derechos y más derechos, pero detrás, en el hueco de su imagen, metieron sus ídolos. Y nos dicen: ellos te salvarán. Se refieren a su ideología, su poder o su fuerza. Y los ingenuos se dejan engañar, y los aplauden o los votan.
Un día, sus discursos y sus construcciones e ideologías serán destruidas, no quedará de ellas “piedra sobre piedra”. Pero, mientras, ¡cuántas víctimas! Y, lo peor no es que nos quieran engañar, lo escandaloso es que nosotros, teniendo a Jesucristo, nos dejemos engañar por sus parloteos. A quien no conoce ni valora el pan verdadero, cualquier comerciante le puede presentar uno falso como si fuera el auténtico.
“Nunca agradeceré lo bastante a Lindsay y Lauren su inquebrantable testimonio a favor de la santidad de la
vida. Sin saberlo, me pusieron en el camino de descubrir y aceptar el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte, y dedicar mi vida a defenderlo”, dice hoy Jewels Green. Antes la habían engañado. Era una proabortista que lo sufrió en su carne hasta querer, luego, suicidarse. Hoy ya nadie puede engañarla.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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