Sab 11, 22-12, 2; Sal 144; 2 Tes 1, 11-2, 2; Lc 19, 1-10.
“Zaqueo, baja enseguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa”
Un hombre rico, pequeño de estatura, jefe de publicanos que buscaba ver a Jesús. Y Jesús le responde, toma la iniciativa de hospedarse en casa de Zaqueo, y este encuentro se convierte en un momento de gracia, encuentro decisivo que transformará la vida de Zaqueo.
Y es que, los encuentros con Jesús cuando son verdaderos transforman profundamente. En realidad él solo se dejó encontrar. Porque es Jesús quien desea buscar lo que está perdido. Pero, si no hay decisión, no hay cambio. Y Zaqueo demostró que su estilo de vida después de dejarse mirar por Jesús no podía seguir siendo el mismo y cambió radicalmente. Y los pobres, además, salieron ganando. Había un explotador menos, y había un repartidor más.
Pongamos atención, porque Jesús sigue pasando por nuestras vidas, ofreciéndonos momentos decisivos de gracia. Haz,
Señor, que anhelemos tu presencia salvadora en nuestros y en nuestros hogares.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Alicia Gamboa, H.C.
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