Dios es el eternamente misericordioso, y a Él nos confiamos como sus hijos queridos.
Reflexión:
A punto de terminar el año de la Misericordia, reconozcamos con esta canción que aún nos queda mucho camino que recorrer para ser «espejos de Dios». Que aún tenemos mucho que trabajar en nosotros para ser santos, para ser de acuerdo a los designios de Dios.
Y también reconozcamos que la misericordia Dios es tan grande que supera todas nuestras expectativas, y que es ese Padre bueno que siempre está a la puerta, esperándonos (ver Lucas 15, 11-32).
Miremos siempre adelante. Tenemos una misión que cuplir, y Dios cuenta con nosotros. El pasado se fue, el futuro está al llegar, el presente es nuestro campo de acción. Como vicencianos, sigamos los pasos de Jesucristo servidor y pongamos nuestras vidas en las manos del único que es digno de poseerlas: nuetro buen padre todomisericordioso.
Letra:
Aquí me ves tan solo, pensando en el ayer,
ardiéndome los ojos, de tanto que lloré.
Aquí me ves sentado, pensando en lo que fui.
Estoy desesperado, y tu llegas a mí.
Yo quiero lo que tienes que ofrecerme, sé que es mucho.
Yo sé bien que tu eres justo lo que busco.
Tu que eres el amor,
Ven, lléname de ti.
Tu que eres paz, Tu que eres luz,
y todo lo que hablan de ti.
Tu que eres mil respuestas
a preguntas del pasado.
Ven y borrame lo malo,
ven y calma mi sufrir.
Tu que eres tantas cosas buenas,
tócame.
Aquí me ves desnudo, tratando de ser yo,
quitándome el escudo que le puse a tu amor.
El amor que esta presente en todo lo que haces,
así dice la gente: regálame esa paz.
Yo quiero lo que tienes que ofrecerme, sé que es mucho.
Yo sé bien que tu eres justo lo que busco.
Grupo D’FE.
Santo Domingo, República Dominicana.
Letra/Música: Cruzmonty (BMI) / David Holguín
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