“Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”
Gal 2, 1-2.7-14; Sal 116; Lc 11, 1-4.
Jesús nos da el mejor de los regalos, la oración por excelencia: el Padrenuestro. “Padre” Como niños, la primera actitud es la de confianza en ti, Padre.
“Santificado sea tu nombre”. Que tu nombre, Señor, sea honrado con nuestras vidas y nuestro testimonio.
“Venga tu Reino”. Que sepamos distinguir lo que es tu Reino de lo que no lo es y, que no estorbemos su llegada especialmente a los más necesitados.
“Hágase tu voluntad”. Haznos instrumentos de tus deseos, y que no manipulemos tu voluntad.
“Danos el pan de cada día”. Y que a todos toque por igual. Y que compartamos el pan de nuestra alegría.
“Perdónanos nuestros pecados”. Ayúdanos a comprendernos y aceptarnos; que nuestras familias sean lugares de reconciliación y misericordia.
“No nos dejes caer en la tentación”. Ayúdanos a corregir nuestras debilidades y que no le demos cabida en nuestro corazón al odio.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Alicia Gamboa, H.C.
0 comentarios