No se puede servir a Dios y al dinero. Cuando se idolatran los bienes materiales, se pierde el horizonte del Reino y Dios es desplazado de la vida del ser humano. Poco importan entonces los pobres, los explotados, los miserables. Aprendamos a administrar correctamente los bienes que Dios nos concede, esforzándonos en levantar al pobre y desvalido.
¡Caridad y Misión!
Chuno
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