Evangelio: (San Lucas 14:25-33)
Caminaba con Jesús un gran gentío. Se volvió hacia ellos y les dijo: “…El que no carga con su propia cruz para seguirme luego, no puede ser discípulo mío. Cuando uno de ustedes quiere construir una casa en el campo, ¿no comienza por sentarse y hacer las cuentas, para ver si tiene para terminarla? Porque si pone los cimientos y después no puede acabar la obra, todos los que lo vean se burlarán de él, diciendo: ¡Ese hombre comenzó a edificar y no fue capaz de terminar!….Esto vale para ustedes: el que no renuncia a todo lo que tiene, no podrá ser discípulo mío.”
Reflexión:
En este Evangelio, Jesús dispone las exigencias de seguirlo, el gran costo de ser discípulos. ¿Porqué es tan alto el costo del discipulado, que hasta tenemos que abandonar nuestras vidas? Porque seguimos a Jesús quien dio Su vida. Tenemos que cargar con nuestra cruz, y esto requiere la disciplina diaria de sacrificarnos para el bien de otros. También tenemos que renunciar todas nuestras posesiones, y esto es el abandono de cualquier cosa o conducta que nos causa dudas sobre el discipulado o que nos desvía del camino de seguir a Jesús. En situaciones humanas calculamos el costo de terminar una tarea difícil o cara. Así también, Jesús nos ayuda a calcular el costo de ser discípulos – exige todo lo que somos y todo lo que poseemos. Jesús intenta ninguna sorpresa para aquellos que seleccionan el discipulado; lo esencial: morir a sí mismos si deseamos seguir a Jesús. (Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
“La historia de la vida de San Vicente es la historia de una continua conversión al discipulado, la continua muerte de sí mismo. La vida de Vicente es la historia de constantemente orientarse hacia alguien. Ese Alguien es la persona de Jesucristo como lo aclaró en el Evangelio. Vicente siempre se orientó hacia Jesús y a los pobres. Eso también será la historia de nuestras vidas. San Vicente a menudo dio a sus seguidores un principio guiador en la práctica de frecuentemente detenerse durante el día a hacerse una simple pregunta: ‘¿Qué haría o diría Jesús si se hallara en las circunstancias en que me encuentro ahora?’”
(McCullen, Cosas Profundas)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Qué ocurriría en nuestra Conferencia si siempre nos preguntáramos, “¿Qué haría
o dijera Jesús…?”
Oración de Clausura:
Jesús, Tú eres el fiel discípulo de Dios,
-Que podamos ayudar a llevar la carga de otros.
Jesús, Tú cargaste tu Cruz con fe y confianza,
-Que podamos soportar tiempos de sufrimiento con paciencia.
Jesús, danos la gracia de siempre hacer la pregunta,
-“¿Qué haría o dijera Jesús si estuviera aquí?”
¡Amén!
Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.
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