1 Cor 2,10b-16; Sal 145,8-14; Lc 4, 31-37.
¿Sólo Palabras?
En la historia de la humanidad ha habido personas que se han distinguido por hacer alguna acción heroica o extraordinaria que sobresale de los demás.
“Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad”. Uno de ellos sin duda es Jesucristo, quien siendo todo un Dios se hizo hombre para enriquecernos con su pobreza, y su llegada marcó el rumbo de la historia, su presencia fue tan heroica y convincente que su venida trastornó y transformó el mundo conocido hasta ese momento, a tal grado que marcó una radical diferencia con sus palabras y acciones. “¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?”, decían sus oyentes.
Con frecuencia nos sentimos decepcionados de nuestra propia vida, porque hemos dejado entrar todo tipo de palabras a nuestro interior, todo tipo de espíritus inmundos. ¡Palabras de muerte! Jesús nos ofrece su palabra. ¡No es cualquier palabra!, eran, son y seguirán siendo ¡palabras de vida eterna!
¿Qué tipo de palabras prevalecen en mi vida? ¿Cuáles son los espíritus inmundos que tengo que sacar de mi interior?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
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