La granja avícola San Vicente de Paúl comenzó sus labores hace ocho meses con dos horizontes bien definidos: el primero, producir lo que se denominan huevos ecológicos, y el segundo, destinar las ganancias para una casa de acogida para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Sobre el primer punto, según explica el gerente de la microempresa, Germán Sánchez, se busca alimentar a las gallinas de la manera más natural y nutritiva posible, sin tener que caer en lo que hacen otras granjas que recurren a alimentos químicos e inyectables para forzar a las gallinas a poner más de un huevo por día.
En San Vicente de Paúl, las gallinas reciben una fórmula elaborada por la misma granja a partir de los productos primarios adquiridos de forma seleccionada: maíz, sorgo, soya integral, soya solvente y calcita, además de alfalfa y agua, explica Teresa Coca, encargada de mantenimiento.
Otro punto, a diferencia de grandes granjas que tienen a las gallinas encerradas de por vida en jaulas minúsculas al punto de tener las patas atrofiadas, en San Vicente de Paúl las aves, si bien no están en libertad total, al menos pueden desplazarse en los galpones. Por supuesto, este sistema exige mayor trabajo, tanto en la alimentación como en el recojo y selección de huevos, por lo que éstos deberían tener un mayor precio, más aún en esta época de sequía en la que el precio el alimento sube, pero la idea de esta microempresa es mantener el valor comercial, así se tengan menores ganancias. El objetivo es lograr “huevos saludables, clientes satisfechos y gallinas felices”, como lo explica Sánchez a modo de broma.
Es que además, la alimentación natural también incide en el huevo, que devela en la cáscara gruesa su mayor cantidad de calcio. Además, la clara de huevo debe tener 80 por ciento de agua, 8 por ciento de proteína y dos por ciento de grasa. Si se altera la alimentación, el huevo tendrá mayor proporción de agua y, consecuentemente, ofrecerá menos cantidad de nutrientes.
La granja es impulsada por la Organización de Misioneros Vicentinos. Para esta etapa del proyecto, apoya la institución de Luxemburgo Eng Brék Mat Latinoamerika (Ebmla).
La obra, según refiere Sánchez, comenzó en Tiquipaya, cuando se buscó fomentar en niños el hábito para cuidar animales de granja y tener un respaldo en su alimentación. Después, la idea fue creciendo hasta formar su propia granja, alquilando un ambiente en Chimboco (Sacaba). La granja está en marcha y hay muchos proyectos.
Mujeres
Un objetivo paralelo de la granja San Vicente de Paúl es lograr recursos para el mantenimiento de la casa de acogida para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Las mujeres suelen participar de los cuidados de la granja como una forma de aporte a la entidad, además de tener una terapia ocupacional, mientras se trabaja en su reinserción familiar y social.
La entidad, además de profesionales en agronomía y veterinaria, cuenta con profesionales en educación y psicología para hacer el acompañamiento de las mujeres.
Algunas veces, la entidad les ayuda a buscar trabajo y algunas de ellas han adquirido conocimientos incluso para desarrollar sus propios negocios. El aprender nuevos oficios y contar con sus propios ingresos eleva en gran medida su autoestima, explica, a su vez, Katherine Terrazas, educadora de la organización y encargada de ventas.
Proyectos
La granja avícola San Vicente de Paúl se instaló en ambientes alquilados de una vieja granja de Chimboco (Sacaba).
Actualmente, cuenta con 2.500 gallinas y está próxima a adquirir otras 1.500.
Para ello, tiene el proyecto de habilitar nuevos ambientes, además de contar con nuevos espacios para su vivero propio.
Otro proyecto piloto para el año que viene es trabajar con 50 familias necesitadas de Sacaba, para que éstas puedan ser suministradoras de huevos en sus barrios.
Por ahora, por razones de logística, las ventas se concentran en Sacaba y Pacata (aunque también hay una distribuidora que lleva parte a Oruro). Para tener clientes en otros lados, ayudaría mucho que fueran pedidos al por mayor.
El precio de los huevos de primera está a 17 bolivianos el maple de 30 unidades; el de segunda a 16, y el de tercera a 14,50.
Los pedidos y consultas se reciben a los teléfonos 65306596 y 76475100.
Fuente: Web Los Tiempos © 2016 Editorial Canelas
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