1 Cor 2,1-5; Sal 119, 97-102; Mc 6: 17-29.
La biblia informa…
Hoy conmemoramos el martirio de San Juan Bautista, un hombre amante de la paz y de la justicia que fue apresado y asesinado injustamente por un sistema cruel y corrupto que no daba lugar a cuestionamientos y se permitía todo tipo de desviaciones morales. Flavio Josefo, un escritor de aquella época, informa que el motivo de la prisión de Juan Bautista era el miedo que Herodes tenía a un levantamiento popular.
La biblia informa que “Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto”.
Esa actitud no salvó a Herodes de la perversidad de su corazón lujurioso y ambicioso, se dejó seducir por la belleza y entregó lo más valioso que tenía: su Corazón. “Pídeme lo que quieras y te lo daré”, le dice a Salomé, hija de Herodias, y la joven le dice: “Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”.
También nosotros en ocasiones ponemos en peligro nuestro corazón, traicionando nuestros ideales, no olvidemos que hay diversas formas de entregarse, no nos confudamos y sepamos elegir entre ellas.
¡Que distintas son la entrega generosa y la mezquina, la del mártir y la del traidor, la del amor gratuito y la que pasa el recibo!
¿Cuánta y cómo es la entrega que tú y yo damos a quienes nos necesitan?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
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