1 Cor 1, 26-31; Sal 33,12-13.18-21; Mt 25,14-30.
Una huella Inigualable
”A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno…“
Hemos visto cómo grandes artistas famosos han explotado su talento personal y han dado lo mejor de sí para llegar a la fama y tener “fans”, pero dudo que sus acciones tengan mucha trascendencia.
Dios nos ha regalado diferentes talentos a cada uno, no importa el lugar donde nacimos, las circunstancias en las que nacimos, el tiempo en el que nacimos, la familia, el país, la raza, la lengua; cada uno tiene el privilegio de recibir de Dios un Don, que es ese algo que nos hace ser diferentes del otro y hacer las cosas con nuestra esencia, nuestro sello personal.
Vemos a Jesús que, como nosotros, tiene su propia historia en la historia y nació en un contexto muy particular, en un lugar, en un espacio, en una cultura, y supo ser “Don” para los demás. Con su modo de ser nos vino a enseñar cómo se es hombre en plenitud y cómo se es verdadero Dios, entregándose por todos y resucitando al tercer día.
Esta resurrección es la forma como Dios avala y confirma las acciones de Jesús, que hasta nuestros días trasciende y seguirá siendo, porque sus talentos y su Don están cimentados en el amor.
¿Conoces tu sello personal, el Don que Dios ha puesto en Ti? ¿Te esfuerzas por compartirlo con los demás dejando así una huella del don recibido?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
0 comentarios