1 Cor 1, 17-25; Sal 33, 1-5.10-11; Mt 25, 1-13.
¡Ya está aquí el novio!
Prever, palabra sencilla, poco común en nuestro vocabulario, pero importante para nuestra vida cotidiana, especialmente cuando se trata de pensar para el futuro y en aquellas situaciones a las cuales podemos anticiparnos.
Estas jóvenes que no previeron que su señor podría llegar en cualquier momento, oyeron inesperadamente: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salgan a su encuentro!”, y se quedaron fuera de la fiesta, y ya no pudieron entrar a una vida diferente.
Dios nos invita hoy a prever, a vislumbrar nuestro futuro, a imaginarnos qué queremos llegar a “hacer” y, antes, quiénes queremos “Ser”. Por ejemplo, llegar a “hacer”: defender a los inocentes como hábiles abogados; enseñar a los demás como generosos maestros, y en el llegar a “Ser”, ser una persona honesta dispuesta a luchar por la verdad, “Ser” una persona sabia para aconsejar a otros y ayudarlos en sus decisiones; “Ser” un verdadero hijo de Dios, que lo proclame con sus acciones coherentes y que esté siempre despierto como las vírgenes prudentes.
¿Cómo preparo la lámpara de mi espíritu y de mi entera vida para salir al encuentro del Señor? ¿Cómo me dispongo para entrar a la fiesta y prever el comienzo de una vida diferente?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
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