Ez 37,1-14; Sal 107,2-9; Mt 22, 34-40.
¿Quién puede amar a Dios de tal forma? “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.” Jesús cita este versículo tomado del libro del Deuteronomio, el cual es muy importante para el pueblo hebreo, ya que es parte del Shema, credo básico y esencial del judaísmo. Así, todo joven hebreo lo aprende de memoria para llevar siempre presente en su corazón el amor a Dios y a sus leyes.
¿Quién puede amar de tal forma a Dios? ¿Un amor total, un amor que modela nuestras emociones, pensamientos y acciones? Sólo en Jesús encontramos un vivo ejemplo de unión con este Dios amoroso.
Es él, Jesús, en quien el hombre se hace capaz de unirse a Dios con la profundidad y la intimidad de la relación de paternidad y de filiación. Desde un diálogo íntimo y constante con el Padre, en ese abandono y en esa entrega total de su libertad y de su voluntad. Sólo en Jesús, participando de su amor, podemos hacer posible el “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Señor, ayúdame a contemplarte para llevarte siempre presente en mi corazón y aprender de ti a amar especial- mente a los más cercanos, como tú me amas.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
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