Evangelio: (San Lucas 1:39-56)
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!”
Reflexión:
María es recordada porque fue la primera discípula en quien Dios hizo grandes cosas, elevándola de entre los humildes. María pertenece tan completamente a Dios que hasta su cuerpo está a la disposición de Dios. “La Asunción” de María es un festival de misericordia: María “regresa a su casa” cuando había cumplido su misión como instrumento de la promesa de Dios, un hogar que es de estar con Dios por toda la eternidad. “La Asunción” es un signo de la realización de la misericordia de Dios. Es también un signo que nuestro verdadero hogar está con Dios. (Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
“La verdadera dedicación al servicio de los pobres va mano a mano con el don de disposición. Fue precisamente porqué María tenía este don de estar disponible, esta agilidad espiritual, que podía ir, “sin demora,” por un camino difícil y montañoso de Judea a visitar y asistir a su prima Isabel en el parto de Juan Bautista. En una palabra, el don de su disposición nos permite caminar por la vía peregrina con pasos ligeros. La jornada de María de Galilea a Judea nos dice algo de la fuerza física y la resistencia de la Madre de Dios. Pero es la fuerza espiritual interior que la sostuvo en su peregrinación de fe. El documento del Concilio Vaticano, Lumen Gentium, presenta a nuestra Señora como una peregrina que ya ha llegado al Jerusalén del cielo y, porque es glorificada en ambos cuerpo y alma en el cielo, es una fuente especial de esperanza y ánimo para nosotros que estamos todavía en el camino del peregrino.”
(McCullen, Cosas Profundas)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Cómo podemos mejor vivir nuestro llamado Vicentino de estar disponibles a los pobres?
Oración de Clausura:
Por las victimas del terrorismo y violencia,
-Que la Asunción de María sostenga nuestra esperanza.
Por el fin de la opresión de aquellos sin poder,
-Que la Asunción de María sostenga nuestra esperanza.
Por todo el que busca la transformación de una sociedad injusta,
-Que la Asunción de María sostenga nuestra esperanza.¡Amén!
Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.
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