Ez 12, 1-12; Sal 78, 56-62; Mt 18, 21-35.
¡Demos espacio al AMOR!
Antes de este comentario, no te olvides de leer la preciosa parábola del evangelio de hoy.
Según los cálculos hechos, diez mil talentos equivalen a bastantes toneladas de oro. Aunque el deudor junto con su mujer y sus hijos hubiesen trabajado la vida entera, no hubieran sido nunca capaces de reunir todas esas toneladas de oro. Esa extrema cantidad está puesta a propósito. Nuestra deuda ante Dios es incalculable e impagable.
La acción de Jesús no tiene vuelta de hoja, él ha tomado una decisión radical al amarnos, así, como cada uno es, sin excepciones, sin rechazos, sin reclamos, sin discusiones, porque el perdón surge directo de su corazón y lo da ampliamente, comprende el odio, el rencor, la impotencia, el coraje, el enojo, el dolor que siente nuestro corazón ante la maldad del otro.
En el Padre nuestro pedimos: “Perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6, 12-15). Pero, perdonar no es cosa fácil, es una decisión que duele en el corazón, especialmente si lo hacemos como Dios lo hace con nosotros. Por eso Jesús nos dice que hemos de perdonar, no siete veces, sino 70 veces siete, es decir siempre. Jesús nos da ejemplo de ello en esta parábola. Dejemos que entre a nuestro corazón y saque de ahí todo aquello que no nos deja vivir libres y felices por el odio o el rencor que nos habita, dejémonos habitar por Dios. ¡Demos espacio al AMOR!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
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