“Dio de comer a cinco mil”
Jr 28, 1-17; Sal 119, 29.43.79- 95. 102; Mt 14, 13-21.
Vio una gran multitud y tuvo compasión de ellos.
¿Quiénes formaban esa gran multitud? ¿Por qué ayudarlos, si no los conocía? La propuesta de los discípulos parece la más lógica: que cada uno vuelva a su pueblo y se arregle como pueda. ¡Una solución práctica!
Jesús nos ofrece un nuevo razonamiento y pregunta a los discípulos: ¿cuánto llevan consigo? Es decir, ¿cuánto tienen para compartir? Ellos dicen: “sólo dos peces y cinco panes”. En realidad el milagro no es cuánto se consumió, sino cómo se comió: con lo poco que se compartió, todos se saciaron.
Así es como irrumpe la gracia de Dios en nuestras vidas, su manera tan simple de entrar y trastocar sentido común, creando nuevas posibilidades prácticamente desde la nada. Jesús vio, se conmovió, se puso a curar, tuvo compasión de la muchedumbre, es decir, de nosotros.
Los pocos panes y peces tocados por la gracia dan lugar al gran milagro de un nuevo vínculo de Dios con las criaturas, por un lado, y de las personas entre sí, por otro.
¿Estás dispuesto a entrar en el razonamiento de Jesús? Cuando ves la necesidaddetuhermano,¿teconmueves hasta compartir tu pan con él?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
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