Evangelio: (San Lucas 10:1-12, 17-20)
Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos delante de Él, a todas las ciudades y lugares a donde debía ir. Les dijo: “La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha. Vayan, pero sepan que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos….Cuando entren a una ciudad y sean bien recibidos, coman lo que les sirvan, sanen a los enfermos y digan a su gente: El Reino de Dios ha venido a ustedes.”
Reflexión:
En el evangelio los discípulos son “enviados adelante” de Jesús, no tanto con una misión de actuar, sino de ser embajadores de Jesús. El respeto y honor que merece Jesús son extendidos también a sus discípulos y así es como el reino de Dios está a la mano. Cuando el reino de Dios está presente hay paz y curación. Nosotros hacemos todo porque somos discípulos de Jesús y actuamos en su nombre. Es en la presencia de Cristo por medio de nosotros que paz y gozo son extendidos. Misión es ser enviados a ser Cristo para otros.
(Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
“Estoy seguro que muchos de ustedes han descubierto en sus tareas para los pobres que, aun cuando sus necesidades materiales a menudo son grandes, sus menesteres espirituales pueden ser todavía más grandes. Estoy seguro también, que muchos de ustedes han descubierto en muchas ocasiones, cuando los pobres les presentan un problema o piden algún consejo, eventualmente realizan que la necesidad real no es el consejo, sino que la simpatía de un corazón que escucha. Con frecuencia siento que he dado consejos a personas cuando lo que realmente estaban pidiendo era comprensión y compasión. Buscaban un corazón que los escuchara en vez de un buró de información.
(McCullen, Cosas Profundas)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Cómo has encontrado que tu servicio verdaderamente exige un “corazón que escucha?”
Oración de Clausura:
Oh, Dios, danos la gracia para ser Tus discípulos:
Cuando los pobres se encuentran solos,
-Que les podamos traer Tu presencia.
Cuando los pobres estén agobiados de preocupaciones,
-Que les podamos traer consuelo en Tú amor.
Cuando los pobres estén enfermos o con penas,
-Que les podamos traer Tu curación y fuerza.
Cuando los pobres vienen a nosotros,
-Que encuentren un corazón que escucha.
¡Amén!
Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.
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