Día de Oración y Ayuno Vicentino: martes 28 de junio de 2016

por | Jun 28, 2016 | Reflexiones | 0 comentarios

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Día Vicentino de ayuno y oración
Martes 28 de junio de 2016

Nuestra jornada — Dios es nuestro mejor amigo — Creados para ser como Cristo — ¿Cómo crecemos?

Bendiciones mi querida familia Vicentina: Marquen la diferencia hoy. Sonrían siempre. Yo les enseño a los niños que una sonrisa es una oración de Dios y todos vienen a mí con una gran sonrisa en la iglesia. Recuerden que ustedes han sido bendecidos. Lynn.

Nuestra jornada Dios tiene nuestras vidas planeadas desde antes de nosotros nacer.  Desde niños estamos destinados a servir a lo más necesitados. No es casualidad que hayamos sido elegidos para ser Vicentinos. El llamado que Dios nos hace ha de ser llenado con alegría. Su propósito es que compartamos esta alegría y que levantemos a los demás de la pobreza. Esto suele requerir varias visitas con alegría. Nosotros no planeamos esto, Dios en Su sabiduría y misericordia lo planeo y plato semillas para mostrarnos el camino hacia la vida Vicentina. Debemos mirarnos en espejo y decirnos: “¡Esto no se trata de mi!” Porque todo arriba y bajo, visible e invisible ha sido creadas por Él” (Col. 1:16). Debemos leer las Escrituras y rezar para saber que tiene Dios en mente para nosotros. So nos enfocamos solo en nosotros mismos será solo para nuestra auto satisfacción y nuca se nos revelaran los planes de Dios para nosotros. Nuestra vida está en Sus manos y Él nos ha llamado a servirle, a servirle en los pobres. Dios nos guía y nosotros, como Vicentinos, debemos seguirlo. (Y si usted quiere que Él se ría, dígale sus propios planes). Tenemos que buscar la luz y saber que todo lo bueno empieza con Él y encuentra el éxito en Él. Nosotros somos el plan de Dios. No se trata de nosotros. ¡No se trata de mí! Busque a Dios para que lo guie en el camino.

Dios es nuestro mejor amigo — Dios quiere ser nuestro mejor amigo. Este título puede sonar muy a la ligera, pero ese es el lenguaje de hoy en día, especialmente el de los jóvenes. Busque la forma de recordarse a usted mismo hablar con Dios durante su día. Construya la amistad. Practique convertirse en un buen amigo. Adán, Eva y muchos santos, como el beato Federico Ozanam, el Papa Francisco, Santa Luisa de Marilac, Beata Rosalia Rendu, su ángel guardia y cada Vicentino son amigos de Dios. Conocer a Dios es conocer Su Palabra. Ponga Su Palabra en su corazón y vívala. Dígale a Dios que usted quiere ser su amigo. Dios nos da muchos regalos, acéptelos y reconózcalos. Uno de los mejores dones que nos ha dado, primero es la vida; y segundo es Su Hijo Jesús. Este regalos asegura nuestra salvación, y el mayor regalo fue la muerte de Jesús en la cruz, dejándonos al Espíritu Santo. Jesús nos dejo un mensaje para que se lo diéramos a Su rebaño y nos convertimos en Vicentinos para hacerlo. Nosotros, Vicentino, aceptamos el regalo de Jesús, Hijo de Dios y el Espíritu Santo, quienes junto con Dios son la Trinidad. Somos Su amigo para siempre y servimos a los más necesitados con amor, alegría y misericordia, así como servimos a Dios. Vemos el rostro de Jesús en los pobres, que son Su gente. Servimos a Su gente, a Sus amigos, a Su nombre con misericordia. Llevamos Su amor, amistad y misericordia en cada visita a hospitales, centro de adictos, casas, cárceles o calles. Todos ellos son amados por Dios y Él nos ha pedido que les sirvamos y les mostremos que nos importan.

Creados para ser como Cristo — Sepa una cosa: No estamos aquí por accidente.  Fuimos creados a semejanza de Cristo por Dios, para cumplir Su voluntad, y sabemos que Él nunca nos abandonara. Pregúntese: “¿En qué parte de mi vida necesita pedirle al Espíritu Santo que me ayude a ser como Cristo?” Sabemos que no siempre somos buenos. Necesitamos a Dios para que nos haga mejores. , para amar mas a los demás, especialmente a los más necesitados. Dios, ayúdanos a confiar más en ti y a pedirte ayuda y guiatura. De verdad queremos marca r la diferencia. Desde el inicio de los tiempos, el plan de Dios fue hacernos a imagen y semejanza de Su Hijo, Jesús. Este es nuestro destino. Solemos necesitar mucha ayuda para esto. Él necesita que seamos como Cristo en nuestro servicio, el tratamiento a los demás, especialmente los pobres, por eso nos guio a la Sociedad para ser Vicentinos.  Tenemos que preguntarnos: “¿Cuán amorosos somos?, ¿solemos juzgar a los demás? ¿Respetamos su cultura?”. Estamos aquí para sacarlos de la pobreza colaborando y poniéndolos en programas. A veces podemos necesitar arreglar alquileres para pagar después con bajos intereses o sin intereses. ¿Escuchamos activamente como lo hace Jesús? Llame al Espíritu Santo y sepa que El tiene el poder de hacer que las cosas pasen. Esto puede parecer duro, asique podemos necesitar rezarle, confiar en Él, escuchar Sus enseñanzas y las cosas pasaran. Cuando usted dice: “Si”, el Espíritu Santo hace Su trabajo y usa Su poder para guiarlo y cambiarlo. Ser como Cristo no sucede de la noche a la mañana. Puede ser un proceso largo y lento. Jesús quiere que sirvamos Su rebaño y lo amemos como El lo hizo. Es un largo proceso, pero Él de verdad quiere que sirvamos como Él lo hizo. Nuestra transformación sucederá en el cielo. Esto es un gran privilegio y nuestro destino.

¿Cómo crecemos? —  – “Deje que Dios lo transforme desde adentro con un completo cambio de pensamiento. Entonces será capaz de conocer la voluntad de Dios, lo que es bueno y lo complace y lo que es perfecto.” (Romanos 12:2)  Pregúntese: “¿En qué área debo dejar de pensar a mi manera y empezar a pensar a la manera de Dios?” Como vicentinos, nuestra finalidad es convertirnos en discípulos. Este es nuestro crecimiento. Cada visita que les hacemos a los pobres, cada decisión que tomamos es nuestro servicio como discípulos. Somos Cristo sirviendo a Cristo en cada persona, incluyendo a nuestros compañeros Vicentinos. Cuando entendemos que es a Dios a quien estoamos sirviendo, de verdad crecemos. Esto es especialmente cierto cuando les mostramos ese amor a nuestros enemigos. Este crecimiento marca la diferencia y es rico en amor, respeto, justicia, misericordia y alegría. Nuestro crecimiento y ejemplo es riqueza y amor para cada persona a nuestro alrededor y también hará creceré a otros. Hay dos partes del crecimiento espiritual: pensar y hacer. Su responsabilidad es pensar, y hacer es llamado de Dios. “Deje que Dios lo transforme en una nueva persona cambiándole el pensamiento.” (Romanos 12:2). Cuando crecemos, podemos ayudar a otros a crecer. Llevemos nuestro crecimiento a los que servimos y mostrémosles amor e importancia siempre. Cada visita lo hará crecer más. Celebre su crecimiento en la Trinidad y  sáquele provecho a sus regalos.

Bendiciones,

Lynn.

 

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