“Busquen primero el reino de Dios y su justicia”
2Cro 24, 17-25 | Sal 88 | Mt 6, 24-34.
El evangelio de hoy es un hermoso llamado a la confianza. Los pájaros no siembran ni cosechan, y no les falta alimento; los lirios no hilan ni tejen, y se visten de terciopelos y sedas de belleza indescriptible. Pues bien, tú vales más que todos los pájaros del mundo, más que todos los lirios de la tierra juntos.
“La vida de los fieles es preciosa a los ojos de Dios”. Porque los ojos de Dios son los de un padre. Ama al hijo no porque sea inteligente o bueno, sino porque es su hijo, su sangre, su vida. Un hijo no tiene que conquistar el amor del padre, eso se da por descontado. Debe procurar honrar al padre con su vida, eso sí; debe tratar de corresponder al amor del padre con su obediencia, con su cercanía, pero no porque el padre se lo exija, sino porque es de hijos agradecidos hacerlo.
¿Crees que Dios ama más a los buenos y santos?
¿Tal vez piensas que no mereces tanta misericordia, tanto perdón? Bueno, Dios no nos ama porque lo merezcamos, sino porque es Dios y es Padre y su amor no tiene medida.
Nunca te dejará de amar, nunca te negará el perdón, nunca te cerrará sus brazos abiertos y generosos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero, C.M.
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