“Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?”
Ez 37, 1-14 | Sal 106 | Mt 22, 34-40.
El amor a Dios y al prójimo, en el contexto de la palabra de Dios de éste día, muestran la base fundamental de la Escritura y de la vida del cristiano. Jesucristo es puesto a prueba por los expertos de la Ley y él no tiene reparo en dar unidad a estos dos mandamientos.
Existen muchas personas que entienden el amor a Dios como algo completamente desconectado de nuestra vida cotidiana y de nuestras relaciones interpersonales. Algunos gustan de un sentimiento vago y pasajero. Si sienten bonito entonces creen que están en contacto con Dios. Alguna vez alguien expreso que en la oración se aburría y se quedaba dormida y que los mandamientos es algo que solamente observan para poder comulgar en la Eucaristía pero que no le hablen de eso de ir a la casa del migrante o al albergue porque no tienen tiempo, mucho menos ir con los ancianos porque son muy molestos.
Es oportuno revisar nuestras catequesis pues en ocasiones ponemos mucho empeño en la memorización de conceptos y en la obtención de calificaciones, que enseñamos que lo importante es memorizar sin cambios profundos en las actitudes.
Revisemos en nuestras comunidades cómo entendemos el principal mandamiento y lejos de hacer debates en torno a ello busquemos aplicarnos en el amor al prójimo. El esposo puede empezar tratando cordialmente a su esposa, el dueño de un negocio a sus empleados, el cura a sus feligreses.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Israel C. Alba Romero, C.M.
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