Día Vicentino de ayuno y oración
Martes, 24 de Mayo de 2016
Carisma Vicentino – Gente de las Bienaventuranzas – Fortaleza Vicentina -Ayudando a los demás a superarse
Carisma Vicentino — El carisma es un misterio. El significado del carisma es revelado en el transcurso de la historia y la experiencia Vicentina. Nadie — ni siquiera San Vicente— entiende completamente las consecuencias relacionadas con la aceptación de un don. Poco a poco el Espíritu Santo nos guía para que podamos vivir el carisma en madi de nuevas situaciones. Aprendemos durante la jornada y nunca debemos desfallecer o juzgar. El carisma Vicentino no tiene nada que ver con juzgar. Se trata más de cumplir la voluntad de Dios y escuchar al Espíritu Santo. El Espíritu siempre permite nuevas revelaciones, nuevas ideas y nuevos estilos de vida que le permiten a la gente vivir el carisma. Esto es muchas más que simplemente decir: “Yo como que debería hacer algo por los pobres”. Es un verdadero compromiso de servir y parte del carisma es saber que servimos a Dios en aquellos que sufren la pobreza. El carisma que Jesús le reveló a San Vicente fue el del servicio en nombre de los pobres. Ese carisma fue y es un don del Espíritu Santo… un don para construir el Reino de Dios. Los carismas siempre están relacionados con el Reino. El elemento evangélico que el carisma Vicentino resalta es que el Reino de Dios es para los pobres. El carisma no es una idea inventada por San Vicente; es mas bien un don de Dios que San Vicente de Paul descubrió durante su jornada. ¿Usted ya descubrió el suyo? Viva el carisma Vicentino y ame y sirva a Cristo e los pobres.
Gente de las Bienaventuranzas — Como Vicentinos, hacemos bien en vivir las Bienaventuranzas. De verdad ayuda a nuestro servicio. Me gusta decir “Tenga la actitud” y servirá bien. Cuando digo esto, no es “Yo tengo la actitud, ¿y entonces?”. Lo que quiero decir es que tenga la actitud de Jesús. Ame y sirva como en las Bienaventuranzas. Usted será bendecido. La Bienaventuranza es la posesión de todas las cosas buenas. Jesús nos las da en el Sermón en el Monte. Es uno de Sus mayores regalos y bendiciones. Lo opuesto a las Bienaventuranzas es la miseria. La miseria es estar afligido con sufrimiento doloroso. Me parece que todos debemos preferir Bienaventuranza en vez de miseria. “Benditos son los pobres en el espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Pobres en espíritu significa ser humildes. Lea La Bienaventuranzas, Mateo: 5: 3-10. Examine cada una, reflexione y vea como puede usarlas en su servicio. Cada una tiene un mensaje, reflexiones y pídale al Señor que le muestre el camino. Cuando yo empecé a “Tener la Actitud”, ore para que fuese un buen negocio. ¿Cómo cambiará mi actitud para que yo sea una bienaventurada? Debemos saber que sentimos realmente cuando servimos. A mí me parece fácil visualizar a Jesús, entonces desaparecen todos los prejuicios y solo veo gente que necesitada, y ellos nos necesitan. Nuestra meta es estar presentes siempre. Esto es mucho mejor, así como tener todo lo bueno en vez de miseria. Inténtelo en su familia y luego llévelo a los que sirve. Ya verá como triunfa con la bondad del Señor.
Fortaleza Vicentina — Primero que todo, sepa que su fortaleza viene de Dios. Debemos confiar y creer. Yo hable en un grupo religioso anoche y sus comentarios de verdad me hicieron reflexionar sobre nuestro trabajo. Muchos de los comentarios eran sobre nuestra fortaleza en el servicio. Yo paso mucho tiempo en una silla de ruedas y de verdad sopese sus palabras. Ciertamente, tenemos fortalezas y todos tenemos una historia de fortaleza y a veces es la misma de todo el mudo, pero suele ser una historia muy personal y buena. Todos solemos sobreponernos las aparentemente malas visitas. Yo recuerdo una en la que una mujer me tiro unas tijeras cuando yo iba por la puerta. No me dio, por cierto. Yo diría que mi fortaleza Vicentina estuvo un poquito disminuida, le rece al Espíritu Santo y lo reintente. Ella me abrió la puerta sin las tijeras, yo me presente y ella dijo “Lo siento, pensé que usted era un cobrador”. Entre a su casa y escuche su historia. Pudimos sacarla de su situación dándole consejos. Ella de verdad necesitaba ayuda. También la ayudamos a pagar algunas cuentas y la visitamos más de una vez a la semana para que se diera cuenta de que de verdad nos preocupábamos por ella y su familia. Llegue a la conclusión de que nuestra fortaleza Vicentina en un don de Dios. Nunca estamos solos y debemos perseverar. Yo me muero por escuchar su historia. Muchos de ustedes saben que yo estoy escribiendo el segundo libro de historias del corazón. Si usted tiene una historia, por favor pásemela por email y yo la agregaré felizmente. Todos tenemos una historia. Muestre su fortaleza. Recuerde que puede enviarla en español o francés, el idioma no es una barrera; es un puente.
Ayudando a otros a superarlo — Nunca debemos sentirnos derrotados, debemos seguir tratando. Somos campeones en lo que hacemos y los campeones no renuncian. Somos positivos y rezamos para que Dios apruebe nuestros planes y preguntamos cuales son los Suyos. Vuelva bueno lo malo. Muchas veces visitamos a los que ya están llegando al límite. Ellos de verdad han pasado por demasiadas cosas y se sienten derrotados. Entonces rezamos en la gracia de Dios y les regresamos su positivismo. Esto no sucede en minutos, así que tenemos que superar algunas cosas para de verdad poder ayudar. Recuerde Filipinenses: 4:13: “Yo puedo hacer todo a través de Cristo, quien me fortalece”. Siga trabajando con los amigos a los que sirve para que lo superen. Lleve el Evangelio con usted para que le dé fortaleza y sea el mejor oyente del mundo. Ellos neos necesitan y debemos estar presentes. En muchos casos, nos podemos ayudar, pero podemos estar ahí. Por eso debemos formar un equipo con otras organizaciones de nuestra comunidad que pueden dar al apoyo que nosotros no podemos. Nunca los dejamos caer, sino que caminaos con ellos asegurándoles que recibirán la ayuda que tanto necesitan. La mejor parte de nuestro trabajo es ver una sonrisa saliendo de un corazón roto y alegría es sus pasos. Este es nuestra recompensa divina. Así que persevere ayudando a los pobres para que superen su estado y deles una mirada feliz a su futuro. ¡Rece siempre! Y créame, ¡Dios está con usted!
Bendiciones,
Lynn
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