En el campus de la Universidad de St. John, los vicencianos caminan por todas partes, dice Victoria O’Keefe.
Se puede encontrar a los creyentes conduciendo la oración en las pistas de atletismo y campos, enseñando al frente de las aulas, y trabajando en la oficina del ministerio del campus.
Los estudiantes están realizando servicios, reflexionando y orando juntos a cualquier hora del día, todos los días de la semana, ya sea en la Hora Santa, en los programas de servicio semanal o en nuestra misa estudiantil a las 17:30.
Lo que todos tienen en común es la llamada a vivir la misión de Vicente de Paúl.
Como estudiante, se me ofrecieron muchas oportunidades para llegar a conocer y amar esta misión y asumirla como propia. Las oportunidades para estudiantes, como V.I.T.A.L. (Iniciativa Vicenciana para avanzar en el Liderazgo), vivir en la casa «Vicente y Luisa» (comunidad residente de estudiantes con vocación de servicio y simplicidad), el servicio PLUNGE (en la que nos sumergimos en las comunidades necesitadas) y retiros de fin de semana, todo me permitió conocer más y amar el carisma vicenciano.
Antes de conocer detalles de la vida de San Vicente de Paúl, siempre he tenido un gran amor a los viajes; una de las razones por las que decidí asistir a la Universidad de St. John fue por las muchas oportunidades para estudiar y trabajar en el extranjero. Sin lugar a dudas, fui lo suficientemente afortunada de conseguir muchas de estas maravillosas oportunidades y de ver mundo y sus necesidades. Viajar ha sido el mayor maestro para mí. Como académica de Ozanam, fui capaz de caminar tras las huellas de San Vicente, Santa Luisa, la Beata Rosalía Rendu, el Beato Federico Ozanam, y Santa Catalina de Labouré en la Gira por la Herencia Vicenciana en París. Fue indescriptible estar en la iglesia donde San Vicente vivió un momento de conversión y, más tarde, en la capilla donde la Virgen confió en Santa Catalina de Labouré. Estos momentos preciosos me siguen marcando. También destacable eran los muchos vicencianos en toda Francia que nos guiaron y compartieron historias de la misión y de su propia vida.
Como académica de Ozanam, tuve la suerte de asistir al primer Simposio de Estudiantes del Consorcio de Académicos por la Justicia Social, celebrado en la Universidad de Niagara. Ahí, los estudiantes de las Universidades de Niágara, DePaul y St. John se reunieron para compartir y aprender sobre los esfuerzos de justicia social que hemos creado y hacia los que mehos estado trabajando, en nuestros respectivos campus, todos enraizados en el servicio vicenciano.
En mi primer año pude ser parte del «Denver Service Plunge». Nuestro grupo de inmersión sirvió a la ciudad a través de diversas organizaciones, y también conocimos a los Voluntarios Vicencianos de Colorado. Disfrutamos de una noche, cena y reflexión, con ellos, pensando en nuestros propios procesos de discernimiento. El Señor estaba trabajando, como siempre lo hace. Este fue el comienzo de mi proceso de discernimiento y sobre donde me colocaría después de graduarme, ya sea en un año de servicio, continuando los estudios o en el trabajo en una agencia de desarrollo.
Después de la graduación, viajé a Roma (Italia) para comenzar mis estudios de posgrado. Serviría como ayudante de cátedra en el Ministerio Campus mientras trabajaba en una Maestría en Desarrollo Internacional y Justicia Social, continuando el servicio y la educación en la Universidad de St. John.
Durante estos dos años, continué formándome y cuestionándome la misión. Yo dirigía el servicio y la reflexión de las oportunidades de servicio semanales, ayudaba a dirigir el «servicio de zambullida Rendu» y «la zambullida en Panamá», y tenía el apoyo de ambos Ministerio de Campus y las Hijas de la Caridad en Bayside, NY para viajar a la Semana Católica Nacional en la UNiversidad de Santa Catalina, en Minnesota. Todas estas experiencias me ayudaron en mi proceso de discernimiento, y me proporcionaron una oportunidad única para aprender y servir.
Jóvenes graduados recientes se encuentran repartidos en departamentos y oficinas administrativas, trabajando ahora trabaja para, y devolviendo a, la universidad que aman.
Los vicencianos se buscan mutuamente. Se encuentran por todo Estados Unidos, y todo el mundo, y aún así mantienen un sentimiento de comunidad muy unida. Cada vez que miro el «Vincentian Digest» o FamVin, ¡me sorprende la cantidad de nombres y personas que reconozco! Es una realidad para estudiantes y afiliados a instituciones vicencianas: estar en contacto con tantos grandes eruditos, ministros y servidores de los pobres. ¡Qué afortunados somos!
Un ejemplo de colaboración a través de fronteras y vocación es el proyecto Arte Ngäbe implementado en la Universidad de St. John. Durante los últimos diez años, St. John ha enviado un grupo PLUNGE hasta Panamá. Yo ayudé a dirigir el grupo que fue el pasado mes de mayo de 2015. Los estudiantes viajan a Panamá, para aprender más sobre la misión vicenciana allí, vivir con una familia de acogida durante una semana, y visitar otras partes del país.
Una parte de esta increíble experiencia es la visita a la misión en Soloy, Panamá. Los vicencianos han estado trabajando entre los indígenas Ngäbe en Panamá desde hace más de medio siglo, primero en la Provincia de Bocas del Toro, y desde principios de 1980 en la Misión Soloy (P. Joe Fitzgerald, C. M.). Ahí se nos presenta la Parroquia San Vicente de Paúl y no sólo aprendemos sino también experimentamos su rica cultura. Parte de esta cultura, son las bellas artes y bienes producidos allí. Estos productos son naturales, cosechados de las montañas Ngäbe, y hechos a mano por cualificados artesanos Ngäbe. Guiada por los principios del comercio justo, la coalición llamada Däte Bonkrabe Ngäbere (Bello Arte Ngäbe) vende sus bienes como un medio de obtener ingresos para mejorar la calidad de vida de la comunidad.
Un grupo de estudiantes orientado hacia la justicia social en San Juan, llamado «Embajadores CRS» (Catholic Relief Services, servicios de auxilios católicos) ha estado vendiendo Arte Ngäbe, en su puesto de la feria de Comercio Justo los viernes. Cada viernes, el grupo de estudiantes vende diversos productos de comercio justo de varios vendedores, uno de los cuales es ahora nuestros socios en la Comunidad Vicenciana de Soloy. Han tenido éxito en la venta de muchas pulseras bolsas y otros bienes Ngäbe a la comunidad universitaria; los beneficios serán enviados a la comunidad al final del año. Este es uno de los muchos bellos ejemplos del trabajo solidario conjunto de religiosos, indígenas y estudiantes, aunque estén a millas de distancia. Esa es la Misión Vicencianas viva, hoy en día.
Tras mi graduación, dediqué el verano a discernir a dónde estaba siendo llamada a continuación. Me sorprendió descubrir que ahora quería trabajar en el Ministerio del Campus. Vi la necesidad de que los estudiantes tuviesen alguien en quien confiar, con quien rezar, y de tener acceso a las oportunidades que se les ofrece. Yo tuve la suerte de recibir todas estas cosas en St. John y ahora quería ofrecer eso mismo a los demás. Empecé a buscar puestos en colegios y universidades católicas. En otoño, regresé a St. John para la reunión de PLUNGE. Al día permitó a cada miembro de PLUNGE, que había servido durante el año académico anterior, reunirse por grupos para recordar el pasado, y después todos se reunieron para celebrar la misa, y después de la misa una cena donde compartir sus experiencias con los demás. Fue aquí donde descubrí que el puesto de Servidor Residente del Campus de Justicia Social estaba vacante. Después de mucha reflexión y oración, decidí presentar mi solicitud y, afortunadamente, fui elegida. Ahora trabajo con asistentes ofreciendo oportunidades para hacer oración y acompañamiento espiritual en las residencias, he dirigido un servicio PLUNGE a Filadelfia en enero pasado, he ayudado a dirigir un retiro para mujeres, moderar ls clases de los Embajadores CRS y de VITAL-3, y he trabajado con y para los esfuerzos de justicia social en todo el campus. Me siento más que bendecida por seguir trabajando en un entorno maravilloso, lleno de fe, y preocupado por el medio ambiente a nivel mundial, rodeado por todas partes de vicencianos.
#YoSoyVicente ¡En medio de miles!
Victoria O’Keefe es Servidora Residente de Justicia Social en la Universidad de St. John. Para obtener más información sobre Däte Bonkrabe Ngäbere (Arte Hermoso Ngäbe) visite su sitio web: http://artengabe.com/
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