Evangelio: (San Juan 16: 12-15)
Jesús dijo a sus discípulos: “Aun tengo muchas cosas que decirles, pero es demasiado para ustedes por ahora. Y cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, los guiará en todos los caminos de la verdad. Él no viene con un mensaje propio, sino que les dirá lo que escuchó y les anunciará lo que ha de venir. Él tomará de lo mío para revelárselo a ustedes, y yo seré glorificado por Él. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío para revelárselo a ustedes.”
Reflexión:
Siendo tan difícil como es de captar el misterio de la Trinidad, es aún más difícil imaginar que Dios nos ama tanto para compartir la vida divina y la gloria con nosotros. Viviendo el misterio Pascual significa que somos testigos fieles al Dios de nuestro interior. Algunas veces, en lugar de atestiguar por medio de hacer obras buenas, debemos ser testigos simplemente apreciándonos a nosotros mismos y a otros por el maravilloso don de la presencia de Dios que somos. Las lecturas esta semana nos retan a estar más enterados de la presencia de Dios en la creación, en Jesús y en nosotros. Luego, permitir que ese conocimiento se derrame en agradecimiento y alabanza que dan gloria a Dios. (Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
La gratitud es un buen medidor de nuestra condición espiritual. Si te das cuenta que estas dando gracias a Dios frecuentemente en tú oración, por cosas grandes y pequeñas, y si te encuentras mostrando gratitud a otros, tu vida espiritual probablemente está en condición saludable. El dar gracias es signo de humildad. Si somos humildes, seguramente estaremos en buen favor con Dios y Su amor, y el regalo de más valor que podemos dar al pobre estará en nuestros corazones. Si tenemos un corazón agradecido, veremos todas las cosas como regalos de Dios. Que Dios nos dé la gracia para estar agradecidos por todo lo que nos ha dado y para mostrar esa gratitud por medio de la generosidad hacia otros y a los pobres. (McCullen, Cosas Profundas)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Qué te llena de gratitud?
Oración de Clausura:
O Santísima Trinidad, en verdad eres un Dios de misterio,
–Danos corazones llenos de reverencia para Ti.
Verdaderamente eres un Dios majestuoso,
–Danos corazones llenos de humildad ante Ti.
Verdaderamente eres un Dios de presencia,
-Danos corazones llenos de maravilla.
Verdaderamente eres un Dios de poder creativo,
-Danos corazones llenos de gratitud.
¡Amén!
Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.
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