Evangelio: (San Juan 14:15-16; 23, 26)
Jesús dijo a sus discípulos, “Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes…Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará…Entonces vendremos a Él para poner nuestra morada en Él…Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes…En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.”
Reflexión:
Por la morada del Espíritu Santo nos convertimos en abogadores de la presencia de Dios para otros. Este don del Espíritu, entonces, hace exigencias en nosotros. Tenemos que vigilar como vivimos para que otros verdaderamente nos vean como abogadores de la presencia de Dios trayendo nueva vida. Esta nueva vida que compartimos con otros puede ser tan sencilla como un toque tranquilizador o mano ayudadora, o tan exigente como dar nuestro tiempo y dinero. Viviendo el misterio Pascual significa que gozamos en el buen don de la vida de Dios que el Espíritu trae. Pentecostés es una celebración del don del Espíritu y los efectos de ese don – somos compartidores en el cuerpo único de Cristo y aceptamos Su misión de predicar la Buena Nueva de salvación. (Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
Uno de los mensajes que la Iglesia recibió del Espíritu de Dios en el Segundo Concilio del Vaticano, era que se hiciera más para los pobres del mundo. Durante los últimos cincuenta años la Iglesia ha aumentado su interés en ellos. La Iglesia no solamente ha tratado de alivianar los sufrimientos de los pobres, sino que se ha esforzado a ser más eficiente en traer la Buena Nueva de Jesucristo y Su Iglesia al pobre. El Papa Juan Pablo II ha dicho, “El que le falte recursos materiales tal vez sea pobre, pero el que no conoce el camino que Dios le señala, es aun más pobre. “¿De qué le sirve a uno” pregunta Nuestro Señor, “ si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo?” (San Marcos 8:36). ¿Que, mis queridos amigos, nos beneficia si ganamos todo el mundo para el pobre, y no les ayudamos a hallar el camino que los guiará hacia Dios y la alegría del cielo? (McCullen, Cosas Profundas)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Cómo le ayudamos al pobre encontrar el camino que los guiará hacia a Dios?
Oración de Clausura:
En busca de la gracia del Espíritu Santo, oramos,
-Ven, Espíritu Santo.
Que los vientos de Pentecostés nos muevan hacia obras de amor,
-Ven, Espíritu Santo.
Que el fuego de Pentecostés respire nueva esperanza en los desesperados,
-Ven, Espíritu Santo.
Que podamos guiar a los pobres a encontrar su camino hacia Dios,
-Ven, Espíritu Santo.
¡Amén!
Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.
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