“…dame aquí, en una bandeja, la cabeza de Juan el bautista…”.
Jr 26, 11-16.24 | Sal 68 | Mt 14, 1-12.
Aquel rey con tanta sed de poder no dudó en cumplir el capricho de aquella joven de entregar la cabeza de Juan el bautista, pues eran tantos sus intereses, que tenía miedo a una revuelta por parte del pueblo. Era un tirano que se quería hacer pasar por complaciente, y en acuerdo con una cadena de corruptos buscaban agradar a Roma en todo momento para conservar su puesto en el poder.
Parece que esa misma historia se sigue repitiendo en muchas naciones con gobiernos que tiranizan y que no les importa la suerte del pueblo al cual dicen servir. Con artimañas y una propaganda perfectamente orquestada buscan nuestros votos pero, en el fondo, esconden su propio interés.
En nuestro pueblo podemos encontrar ejemplo de personas honestas y trabajadoras que se esfuerzan por alcanzar la justicia y la paz pero que son intimidadas por los poderosos para que no lo sigan haciendo, de lo contrario puedes perder hasta su vida.
Hacen falta más personas como Jesucristo nuestro Señor y Juan el bautista que se atrevan a alzar su voz para señalar lo que está mal. Sería interesante pensar si en nuestra comunidad eclesial existe autoritarismo por parte de quienes están a cargo en los grupos, movimientos, asociaciones, etc. Pues en ocasiones escuchamos a personas que prefieren retirarse porque fueron tratadas con desprecio, o porque los cargos se reciclan entre las mismas personas sin tomar en cuenta las aportaciones y talentos que los demás tienen.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Israel C. Alba Romero, C.M.
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