Durante el año de la Misericordia estamos llamadas a practicar las Obras de Misericordia. Más abajo presentamos un ejemplo resumido de las Obras de Misericordia vividas.
Dar de Comer al Hambriento
Dar posada al que no tiene casa
Visitar a los enfermos
Enterrar a los muertos
‘Estaba en la Cárcel y Viniste a verme’
Sor Ellen McRedmond, H.C.
Provincia de Santa Luisa, USA
Las Personas encarceladas tienen hambre de ser vistos y oídos. Sólo desean ser respetados, escuchados y animados, como hacemos nosotras. La invitación de Jesús a visitarlos en la cárcel es urgente. ¡Y es un privilegio!El servicio de la prisión es un ministerio de presencia, de escucha, de amor. Cuán asombroso es ver la gracia de Dios trabajando en sus vidas. Muchos se sienten abandonados por Dios. Una persona con oído que escucha y un corazón que ama puede ser lo que ellos necesitan para seguir con esperanza.
Un día en la misa varias mujeres estaban llorando, una sollozaba. Yo le pregunté después si quería hablar. Ella volvió la cabeza bruscamente y dijo, “nadie me ayuda”. “Yo estoy perdida”. Yo respondí, “Entonces Jesús vino para usted”. Ella empezó esa tarde a abrirse al amor de Dios, aunque le llevó algún tiempo. Como Pedro nosotros fuimos movidos a responder, “Señor adonde vamos a ir? Solo Tu tienes palabras de vida eterna”. Este mensaje fue confirmado cuando cantamos la canción de Bernadette Farrell, “Cristo es nuestra Luz” ” Solo Su palabra tiene poder para salvarnos”.Un joven vino al retiro que empezó el jueves por la noche. En la etiqueta de su nombre puso con letra grande: El “Bribón”. El sábado, final del retiro, nos dijo “cuando vine al retiro, sabía que mi nombre era el Bribón. ¡Ahora sé que mi nombre es Robert!”.¡Cuando entré para empezar nuestro servicio semanal en la capilla una de las mujeres dijo, “Despiértate, Mandy! Aquí viene la esperanza!”.Un joven que se culpaba de la muerte de su madre y el suicidio de su amigo aprendió a orar: Respirar con a Jesús y exhalar misericordia. Mientras oraba caían lágrimas de sus ojos. Después dijo, “Yo oí claramente dentro de mí: ‘Tú estás perdonado’. Entonces comprendí que esto no venía sólo de Dios sino también de mi mamá, de mi amigo y de todos los demás a los que yo había herido”.No podemos cambiar las circunstancias de nuestros hermanos y hermanas encarcelados. Sin embargo, podemos ser un instrumento de la verdad del amor de Dios hacia ellos.“Mis planes para ti están llenos de esperanza, dice al Señor, no de desastre”. Jeremías 29,11.
Texto de Sor Ellen de The Spirit of Charity: Reflections from the Daughters of Charity
http://spiritofthedaughtersofcharity.blogspot.com/ [15 de marzo de 2016]
Fuente: http://filles-de-la-charite.org/es/
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