“Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo”.
Jr 14, 17-22 | Sal 78 | Mt 13, 36-43.
El chisme, la indiferencia, la injusticia, los escándalos en los medios de comunicación, los robos, etc. son las formas que toma la cizaña en el campo de nuestra vida ¿Qué posición debemos tomar para ser la contra~parte? ¿Qué podemos hacer para crecer en un mundo tan lleno de peligros que atentan contra la paz y la justicia? ¿Qué hacer para no ser infectados por ese virus? Antes de ir corriendo para resolver algo, primero debemos, al igual que los discípulos, acercarnos a la Palabra de Dios con un corazón dispuesto para comprender lo que Él quiere en nuestra vida.
Una vez que Jesús nuestro Señor nos explica las escrituras por medio de la formación que recibimos en nuestras parroquias o escuelas podremos tener esas lentes especiales para distinguir lo que da la vida y lo que quita la vida. La cizaña aunque allí esté no será ya más sombra para nosotros, no permitiremos que extienda sus raíces pues estaremos empeñados en la construcción de un mundo mejor.
De esta manera el enfoque lo pondremos en El sembrador de la buena semilla que es Jesús nuestro Señor y buscaremos ser esos buenos ciudadanos que se esfuerzan por ser lo mejor con actitudes positivas alejándonos de los malos comentarios, de las propuestas que sabemos lastimaran a nuestros hermanos.
De esta manera el que tenga oídos que oiga, pues el mal no se mantendrá para siempre, llegará ese momento en que los que gastaron sus vidas por los demás brillaran como el sol.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Israel C. Alba Romero, C.M.
0 comentarios