La Escuela Vicenciana es uno de nuestros más importantes servicios en España por el número de obras y de Hermanas dedicadas a ella. Está inspirada en nuestros fundadores, Vicente de Paúl y Luisa de Marillac, basa sus esfuerzos en la integración social de los alumnos, la sensibilización por los necesitados y la valoración del saber como medio para servir mejor a los demás. Actualmente en España hay más de 140 centros educativos, con 4.370 educadores y 62.000 alumnos. Los principios que inspiran el estilo educativo de la Escuela Vicenciana son:
- Formación integral de los alumnos/as de acuerdo con una concepción cristiana de la persona, de la vida y del mundo.
- Opción por los más débiles en su nivel económico, capacidad intelectual u otro tipo de limitación.
- Vivencia de los valores evangélicos, a través de los cuales revelamos que Dios nos ama.
- Compromiso por la justicia y la solidaridad universal, con una participación activa en la transformación y mejora de la sociedad
- Relaciones y clima educativo basados en la sencillez.
- Respeto a la vida y a la naturaleza, fomentando la responsabilidad ante el progreso de la ciencia y la tecnología.
“El Espíritu de la Compañía consiste en entregarse a Dios para amar a nuestro Señor y servirle en la persona de los pobres, corporal y espiritualmente… para instruir a las jóvenes pobres, a los niños y en general a todos los que la Providencia os envíe” S.V. IX, pág. 535.
“Pondrá más atención en instruirlas bien… que hacerlas adelantar en la lectura y enseñarles de memoria cantidad de frases que sirven sólo para halagar la curiosidad y la vanidad y no son verdadera ciencia, ya que ésta consiste esencialmente en comprender bien lo que se aprende y en llevarlo a la práctica” Oficio de la maestra de escuela. SL CEME, pág. 748. “…la mejor manera de enseñar es obrar” C. 29 SL al Sr. Abad De Vaux.
Nuestros Centros tienen una peculiar y determinada forma de percibir la realidad, que se puede sintetizar en dos claves:
- Una visión de esperanza, crítica y optimista de lo que pasa en el mundo, que genera expectativas positivas en las personas, equipos y familias partiendo de su potencial, no de sus carencias.
- Una visión desde los valores del Evangelio. Como hizo Jesús de Nazaret, aceptamos a las personas con sus valores y circunstancias y ofrecemos un enriquecimiento vital desde la formación espiritual y religiosa.
El proceso educativo no se realiza en solitario, sino junto a otros. Tiene, por tanto, unos referentes que son la familia, los amigos, la comunidad, la sociedad y el mundo. Así, las relaciones interpersonales, tan presentes en nuestra experiencia fraterna, comunitaria, pedagógica y pastoral, se establecen desde la igualdad y la inclusión, sin discriminaciones de ningún tipo: ni culturales, ni religiosas, ni de género.
http://www.congresocev2016.org/
Tomado de: http://filles-de-la-charite.org/
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