Evangelio: (San Juan 10:27-30)
Jesús dijo: “Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano. Aquello que el Padre me ha dado es más fuerte que todo, y nadie puede arrebatarlo de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos una sola cosa.”
Reflexión:
En muchas parroquias, este es llamado “Domingo del Buen Pastor,” en que reflejamos en el cuidado y seguridad de Jesús, mientras escuchamos las palabras: “Nadie puede arrebatarlos de mi mano.” Somos llamados a escuchar la voz del Buen Pastor y seguirlo. Lo seguimos primeramente escuchando. Oyendo a Jesús – haciendo caso a su voz – ya es un acto de seguimiento. Este es un buen Domingo para gozar del cuidado y protección de Jesús, oír su voz que nos llama a Sus amorosas y abrazantes manos, y a regocijar en la bondad que nos cae como lluvia a los que somos fieles a su llamado. (Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
No es tanto lo que hacen las ovejas, ni tan siquiera lo que hace el pastor, que es la clave de descubrir el entendimiento del mensaje de Jesús. Es realmente en la calidad del pastor en que debemos concentrar nuestra atención: en su corazón y mente, en lugar de en sus obras. Piensa en las ocasiones cuando nuestro Señor habló del pastor. El pastor es uno que protege, el que va en busca, el que habla y les llama a las ovejas por su nombre. Esta imagen era una de las favoritas de nuestro Señor, porque les llevaba a los que la oían la idea de uno que se preocupa por ellos y que no huye cuando el peligro los amenaza. El pastor protege, busca y habla. Esto es lo que Jesús hacía. Dada la sensibilidad de San Vicente en cumplir la voluntad de Dios en los detalles más pequeños de su vida, podía él bien preguntarnos: ¿Tratas constantemente de buscar la Voluntad de Dios, no solamente en los momentos de crisis en tu vida, pero día por día y hora por hora estás atento a oír Su voz? (McCullen, Cosas Profundas)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Cómo escuchamos la voz del Buen Pastor en nuestras familias y en nuestra Conferencia?
Oración de Clausura:
Señor Jesús, danos la gracia de escuchar al Buen Pastor,
-Danos la gracia para siempre buscar la voluntad de Dios.
Para aquellos que se encuentran solitarios y abrumados,
-Que les traigamos la amistad del Buen Pastor.
Para aquellos que son pobres y destituidos,
–Que les traigamos la protección del Buen Pastor.
Para los enfermos y moribundos,
-Que les traigamos el amor sanador del Buen Pastor.
¡Amén!
Autora: sor Kieran Kneaves, HC
Fuente: Sociedad de San Vicente de Paúl en Estados Unidos.
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