Misericordia y no sacrificios
Os 6, 1-6 | Sal 50 | Lc 18, 9-14.
Todo tiempo es tiempo de misericordia, demaneraespecial la reflexionamos enla cuaresma para poder hacerla efectiva en nuestras vidas, y con nuestras vidas, y aún más especialmente la consideramos en este Jubileo Extraordinario, convocado por el Papa Francisco para aprender a ser misericordiosos como el Padre.
Así como el profeta Oseas y el evangelista Lucas, verdaderos maestros de la misericordia de Dios, el Papa Francisco nos dice en su Bula El rostro de la misericordia: “Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado.”
¿He comprendido que Dios prefiere misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos, y que mi mayor acto de misericordia es la reconciliación con mi prójimo?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick F. Martínez Benavides, C.M.
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