Evangelio: (San Lucas 9: 28-36)
Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan y subió a un cerro a orar. Y mientras estaba orando, su cara cambio de aspecto y su ropa se volvió de una blancura fulgurante. ….Un sueño pesado se había apoderado de Pedro y sus compañeros, pero se despertaron de repente y vieron la Gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Pedro dijo a Jesús: “Maestro, que bueno que estemos aquí; levantemos tres chozas: una para Tí, otra para Moisés y otra para Elías.” Pero no sabía lo que decía. Estaba todavía hablando, cuando se formo una nube que los cubrió con su sombra… Pero de la nube llegó una voz que decía: “Este es me Hijo, mi Elegido; escúchenlo.” Después de oírse estas palabras, Jesús estaba allí solo.
Reflexión:
La única manera de “mantenernos” en la Gloria de Jesús es de aceptar el reto bautismal que reconoce a Jesús como el amado Hijo…y “Escucharlo.” Esto quiere decir que aceptamos de corazón el vivir el Evangelio. Este Domingo nos da un asomo a la Gloria para ayudarnos en la jornada de toda una vida de abnegación. Esto nos dice algo de como debemos observar los Domingos. Si cada Domingo es un día de descanso, de un tiempo de tratarnos bien, de hacer algo especial que nos anima, algo para entrar a un momento de Gloria orando, seriamos fortalecidos mejor para continuar nuestra jornada. (Liturgia Viviente)
Meditación Vicentina:
Aunque Dios es totalmente trascendente, ¿no experimentamos, de vez en cuando, el auto comunicación de Dios? Viendo algunas veces hacia atrás, ¿no percibimos que hemos sido transformados por eventos que estaban fuera de nuestro control, a menudo por nuestro contacto con los pobres, por su fe, su gratitud, su persistente confianza en la presencia y providencia de Dios? ¿No habrá “ángeles” que entran a nuestras vidas y que nos tocan profundamente por ser testigos auténticos a los Evangelios, por su perseverante esperanza ante enfermedad, sufrimiento y muerte? ¿No hay ocasiones cuando somos profundamente afectados por la lealtad de amistades, por su fiel amor? ¿No son estas las maneras en que vemos la gratuitamente otorgada presencia de Dios en nuestra propia experiencia humana? Sugiero que esta cuaresma nuestro enfoque sea en el crecimiento consciente del regalo de si mismo de Dios, en sus muchas expresiones, y elevar los corazones y voces al Señor en gratitud. (Maloney, ¡Ve! En la Espiritualidad Misionaria de San Vicente de Paúl)
Discusión: (Compartan ideas sobre estas lecturas después de un momento de silencio)
¿Cómo has experimentado a Dios en tú vida?
Oración de Clausura:
Cristo se apareció en el esplendor de una visión a sus discípulos,
-Que encontremos el rostro de Jesús en los eventos ordinarios de nuestra vida.
Para todos los Vicentinos que se dedican al servicio,
-Que su amor y justicia transfigure las vidas de los pobres.
Traemos todas nuestras peticiones ante Dios,
-Que el rostro de Dios nos ilumine. ¡Amén!
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