1Sam 15, 16-23; Sal 49; Mc 2, 18-22.
¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y los tuyos no? Los discípulos de Juan y el de los fariseos ayunan pero no saben por qué, no entienden el fundamento, el fondo. Son religiosos imitadores de costumbres. El ayuno había perdido su sentido. Los dirigentes de aquellos tiempos extorsionan, esclavizan, explotan, matan, torturan y hasta se vengan de quienes no hacen su voluntad y no se someten a él. Esta es la imagen de Dios que se había instalado en el imaginario colectivo por la interpretación de la ley que hacían los sacerdotes, fariseos y escribas. La opción de ayunar por ayunar es cuestionada por Jesús. El ayuno se practicaba como medio de preparación para pedir la intervención de Dios en: la guerra, la sequía, en los tiempos de infortunio, en el duelo, momentos “desérticos”.
Por qué ayunar si ya no hay tiempos desérticos, pues la soberanía de Dios está presente y está transformando el desierto provocado por los fariseos y los romanos. Dios ha escuchado y sigue tomando una vez más el clamor de su pueblo, pero ellos, no se han dado cuenta. Por eso, ahora ambos grupos son iguales. No se dieron cuenta de que Dios escuchó y que envió a su Hijo. Llegará el día en el que ellos (los discípulos de Jesús) ayunarán pues el novio será arrebatado ¿Nuestros ayunos hoy en día son de una comunidad que da frutos o de una comunidad que solo sigue ritos e invita a vivir según estereotipos religiosos e ideológicos?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Vicente Hernández Nolasco, C.M.
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